Lo de Brasil 2014 fue enorme para Colombia. Llegar al quinto lugar en un Mundial no estaba en los planes, aún con el muy buen nivel que el equipo cafetero mostró en la Eliminatoria.
Atrás quedaron los fantasmas que perseguían a la tricolor cuando disputaba competencias importantes y ese complejo de inferioridad que impedía ponerle cara a rivales tradicionalmente más fuertes. Ya han pasado casi dos años desde que Colombia deslumbró y sonó en la boca de todos en el planeta fútbol, y pese a estar hoy clasificada como la cuarta mejor Selección del mundo, aún tiene una deuda: ganar un título. ¿Por qué no ir por la Copa América Centenario? Qué mejor premio para una generación privilegiada, con jugadores como James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado, Carlos Bacca, Cristian Zapata y David Ospina, y dirigida por José Pékerman, un argentino que se ganó el corazón del país. Imposible no es. Ganarle a Brasil, Argentina y Chile no sería nuevo. Y de Centroamérica seguro saldrán rivales complicados, pero no superiores. Con un equipo como el que tiene Colombia hoy y con un trabajo técnico serio, que acumula muchas batallas, conformarse con un quinto lugar en un Mundial se queda corto.