A pesar de los cuestionamientos, denuncias y sanciones internacionales, casi 20 millones de ciudadanos están llamados a las urnas en el país vecino.
Venezuela vive hoy una jornada electoral bajo un enorme manto de ilegalidad, marcada por la desconfianza de la mayor alianza opositora, la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, que decidió no participar.
Aunque son cuatro los candidatos, todo indica que Nicolás Maduro, el actual presidente y heredero político e ideológico del fallecido Hugo Chávez, será quien resultará electo para gobernar hasta 2005.
A pesar de los cuestionamientos, denuncias y sanciones internacionales, casi 20 millones de ciudadanos están llamados a las urnas.
Los principales estudios del país sugieren que al menos la mitad de la población no participará en el proceso, es decir que quién resulte electo, según las estimaciones más favorecedoras, tendrá el respaldo de una cuarta parte de la población.
La abstención es promovida por la MUD, que asegura que estos comicios son ilegales y poco transparentes, considerando que el Consejo Nacional Electoral, CNE, el encargado de contar los votos, está a favor del actual mandatario.
Los ciudadanos están absolutamente apáticos, ya que su única ocupación es conseguir el dinero para comprar comida.
Adicionalmente, la emigración de venezolanos a otros países de América Latina fue del 900 por ciento entre 2015 y 2017. Colombia, el mayor receptor, acogió a 800.000. Es justamente esta población la que votaría en contra de Maduro.
El escenario
Aunque Henri Falcón, un exchavista que se atrevió a desafiar al Gobierno, quien no cuenta con el respaldo de la MUD, lidera las encuestas, todo apunta a que Maduro será el vencedor, considerando el historial electoral, en el que el oficialismo ha ganado 18 de los 20 procesos electorales que se han realizado en Venezuela en los 20 años del chavismo.
El actual mandatario es considerado como el culpable de la escasez de bienes básicos como alimentos y medicinas y la inflación que cerraría el año en 13.000%, según cifras preliminares del Fondo Monetario internacional (FMI), organismo que también estima en 15% la caída de la economía en 2018.
Maduro ha dicho que si los venezolanos lo eligen, profundizará y consolidará el legado socialista de Chávez y será implacable con sus adversarios políticos y empresariales a los que acusa de promover una “guerra económica” para desestabilizar su gobierno. Algunos temen que esto se traduzca en una mayor vulneración de las libertades políticas y económicas.
Nicolás Maduro
Realizó su postulación el 28 de febrero respaldado por el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV; el Partido Comunista de Venezuela, PCV; Patria Para Todos, PPT; la Unidad Popular Venezolana, UPV; Somos; ORA; entre otros, razón por la que aparece 10 veces en el tarjetón electoral.
Maduro es considerado como el seguro ganador, aunque la crisis que se visibilizó desde que asumió las riendas del país, las malas relaciones internacionales y el desabastecimiento lo posicionan con un 75% de desfavorabilidad.
Henri Falcón
El militar retirado Henri Falcón lidera las encuestas. Con pasado chavista, Falcón formaba parte de la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática, MUD, pero la abandonó y creó Avanzada Progresista después de que la coalición decidió no presentarse a las elecciones.
Dentro de su trayectoria política fue ocho años alcalde de Barquisimeto (2000-2008) y nueve gobernador de Lara (2008-2017), cargo que ganó en la cumbre de su popularidad con 73,5% de los votos.
Falcón dice ofrecer una política de centro que “salve a Venezuela”, y se ha enfocado principalmente en la economía más específicamente la dolarización de las finanzas venezolanas.
Javier Bertucci
El candidato por el partido Esperanza para el Cambio recibió a lo largo de la campaña electoral el apoyo internacional de países como Estados Unidos. Aunque no tiene experiencia política, lidera la iglesia cristiana Maranatha, que tiene miles de seguidores en Venezuela.
Según las encuestas ocupa el tercer lugar en intención de voto, con una campaña en la que ha destacado dos objetivos: subir el salario mínimo y formar el gabinete con ciudadanos y no con políticos.
Dentro de sus promesas más polémicas está que de llegar a la presidencia, ordenará que todos los domingos se emita “la palabra” obligatoriamente en radio y televisión y que va “a cambiar la política por los valores cristianos”.
Reinaldo Quijada
Es el candidato del partido Unidad Política Popular 89. Cuenta con menor favorabilidad. Es ingeniero electrónico con maestría en literatura y estudios económicos, hijo del exembajador de Venezuela ante la ONU, Manuel Quijada, hizo parte del Partido Socialista Unido de Venezuela, la facción ‘revolucionaria’ dirigida por Hugo Chávez, pero se desligó del mismo en 2012. Y fue ahí cuando creó el partido del que es ahora candidato.
Sus planes de gobierno van dirigidos hacia el estímulo de la economía del país y recuperación de la producción petrolera.