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Jue, Mar

Icbf tuvo 6.678 niños fantasmas en Sucre

Múltiples irregularidades fueron detectadas por la Contraloría.

Nacional
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Un informe de la Contraloría revela situaciones alarmantes en el manejo de la contratación del Instituto de Bienestar Familiar.

En un informe de 146 páginas, se presentan 33 hallazgos que advierten de presuntas irregularidades en la contratación de la entidad en Sucre.

De todo lo que halló el organismo, lo más alarmante es la evidencia de que el año pasado, con recursos públicos, se habrían cancelado cupos a las entidades administradoras del servicio por 6.678 niños que no existían.

Esto ocurrió en el desarrollo de más de 30 contratos que pretendían brindar atención a los niños de la primera infancia en municipios de Sucre, como Sincelejo, Los Palmitos, Santiago de Tolú, Corozal y San Onofre.

Según la Contraloría, después de cruzar la información que tiene el Icbf en su base de datos con la Registraduría Nacional, se percataron de que el número de identificación de esos menores no existía. En este caso puntual, la Contraloría no logró calcular el detrimento patrimonial que se habría causado por el pago de esos menores, pues aparece por “una cuantía indeterminada”.

Para el organismo, esta situación se ocasiona por la “inobservancia” por parte de las entidades administradoras del servicio, por los parámetros definidos por el Icbf, por las falencias en el proceso de preinscripción de beneficiarios y por las deficiencias en las labores de seguimiento y control, “para garantizar la real existencia de los niños beneficiarios de los programas y el uso adecuado y eficiente de los recursos públicos”.

Esto no es todo. Después de revisar más de 30 contratos que se ejecutaron el año pasado y que pretendían beneficiar en su mayoría a niños del programa ‘De Cero a Siempre’ y familias de bajos recursos que estuvieran en el Sisbén, se dieron cuenta que se cometieron irregularidades que ocasionaron un presunto detrimento patrimonial por más de $564 millones.

Encontraron, además, que decenas de menores que decían estar inscritos al Sisbén, no lo estaban. Y otros tantos no cumplían los requisitos para ser beneficiarios de estos programas.

De esto también se percataron después de que cruzaran las bases de datos del Icbf con las del Sisbén. Menores por los que hubo cobros y pagos como si nada, según la Contraloría.