LA JEP requería a la Fiscalía “para remitir el expediente completo del trámite de extradición seguido a Seuxis Paucias Hernández Solarte, incluyendo la documentación y respaldo probatorio (audios y videos) que estén en su poder”.
En una carta fechada el 25 de septiembre pasado, el fiscal Néstor Humberto Martínez le contestó a la Jurisdicción Especial para la Paz sobre un requerimiento relacionado con la extradición de ‘Jesús Santrich’. La misiva fue dirigida al presidente de la Sección de Revisión de la JEP, magistrado Jesús Ángel Bobadilla.
LA JEP en su comunicación requería a la Fiscalía “para remitir el expediente completo del trámite de extradición seguido al ciudadano Seuxis Paucias Hernández Solarte incluyendo la documentación y respaldo probatorio (audios y videos) que estén en su poder”.
Sin embargo, Martínez Neira le recordó a esa Sala que el documento fue enviado el 26 de julio de este año a la Sección de Revisión de la JEP “en cabal cumplimiento de lo ordenado por la Corte Constitucional”.
“Hemos remitido la totalidad de la documentación sin haber omitido elemento alguno del mismo, expediente que también fue aportado a esa Jurisdicción, por los Ministerios de Justicia y Relaciones Exteriores (sic)”, respondió el jefe del ente acusador.
En su misiva, Martínez Neira deja claro que no entiende por qué solicitan unas pruebas que hacen parte de un proceso que cursa en otro país.
“Los elementos que ahora se solicitan son aquellos que hacen parte de un proceso judicial en Estados Unidos (…) a este respecto no puede pasarse por alto dentro del trámite de extradición no resulta procedente valorar material, ejercer juzgamiento o cuestionar las decisiones emitidas por la autoridad extranjera”, enfatizó el fiscal.
Alias Jesús Santrich fue capturado con fines de extradición en abril de este año atendiendo una petición del Departamento de Justicia de los Estados Unidos basada en un acuerdo para enviar 10 toneladas de cocaína a ese país.
Tras su detención, Santrich inició una huelga de hambre por lo que fue recluido en uno de los pisos del hospital El Tunal, en el sur de Bogotá, bajo un riguroso esquema de seguridad.