La reforma laboral brasileña impulsada por el presidente de ese país, Michel Temer, fue calificada ayer como un "pésimo ejemplo" por la ministra uruguaya de Energía, Industria y Minería, Carolina Cosse, quien señaló que su país lleva adelante una "política democrática" e "inclusiva". "Me parece un pésimo ejemplo la reforma laboral de Brasil", sentenció Cosse, y argumentó que "el elemento de distribución de la riqueza más importante es el salario". La titular de la cartera de Energía, Industria y Minería se refirió a la reforma laboral brasileña en declaraciones a Radio Uruguay y resaltó que si su país pensara "cosas similares" sería un "gran paso atrás".
La reforma laboral, sancionada el mes pasado por el presidente Temer y que entrará en vigor en 120 días, busca, según el Gobierno, flexibilizar una legislación de la década de 1940 que dificulta las contrataciones. La nueva legislación le da prioridad a los acuerdos que los sindicatos puedan llegar con las empresas sobre la ley en asuntos como la división de las vacaciones, la flexibilización de la jornada de trabajo, los intervalos para el almuerzo, los salarios y la reposición de horas extras. Por su parte, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, informó que Uruguay envío una carta al Gobierno de Brasil, que está a cargo de la Presidencia del Mercosur, y pidió que reúna a sus órganos para analizar el impacto de la reforma laboral brasileña. El objetivo de dicha notificación es discutir el impacto de la futura normativa brasileña en el Mercosur, en el marco de la declaración sociolaboral de ese bloque, que firmaron y aprobaron los cuatro países fundadores.