Al menos 346.612 personas han fallecido en Siria desde el comienzo del conflicto en 2011, incluidos más de 103.490 civiles que han perdido la vida en ataques de artillería y aéreos, por disparos o en prisión, informó ayer domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Además, 14.739 personas han fallecido en cárceles y centros de detención del Gobierno de Damasco, según el Observatorio, aunque la ONG destacó que en el recuento no están incluidos los cerca de 45.000 personas que fueron torturadas hasta la muerte en esos lugares en los pasados años. Aparte de las víctimas mortales, más de dos millones de personas resultaron heridas de diversa gravedad o tienen lesiones permanentes, y cerca de 12 millones de civiles se han visto desplazados de sus hogares por la violencia.
Por otro lado, 63.251 efectivos de las fuerzas gubernamentales han perecido desde 2011, además de 48.112 milicianos sirios aliados a ellas, así como 7.481 milicianos chiíes no sirios y 1.592 miembros del grupo libanés Hizbulá.
Mientras en las filas rebeldes y de grupos islamistas, así como en las Fuerzas de Siria Democrática (alianza liderada por kurdos) han muerto 57.309 combatientes locales y 62.619 extranjeros, principalmente árabes.