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Mar, Abr

Fallece hombre que había resultado herido por una bala perdida en la cabeza

Su esposa, Yuli Paola Pinto, al ver que aún poseía signos vitales, lo llevó hasta la clínica con la ayuda de algunos vecinos, donde falleció.

Judiciales - Local
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Dolor e indignación siente una familia riohachera, tras la muerte de un joven de 26 años a causa de una bala perdida, Marrugo Ortega, de 26 años de edad, falleció mientras era intervenido en la clínica Cedes la tarde de este domingo, luego de recibir un impacto de bala en la cabeza cuando se encontraba en la terraza de su vivienda, en la calle 14J número 29-16 del barrio La Majayura Primera Etapa, en Riohacha.

A cuatro casas de su residencia llegó la Policía a poner orden ya que se presentaba una riña entre varias personas que se encontraban en estado de alicoramiento. De ese lugar se presume que salió la bala que acabó con la vida de Marrugo Ortega, un ferviente seguidor del Junior de Barranquilla y quien trataba de verse por televisión los partidos de fútbol.

“¡Ay, ombe! Mijo no te alcanzó la vida para cuidarme cuando yo estuviera viejita. Solo porque esos policías dispararon sin darse cuenta a quienes asesinan. Hijito mío me has dejado sola, sin ti ya no tengo ganas de vivir”, fueron las expresiones de Dilma Ortega, mientras rompía en llanto esperando el cadáver de su hijo.

El cuerpo del occiso era esperado en dos hogares: la de su mamá y la de su esposa. Lugares donde fue velado en dos lapsos de tiempo, antes de ser sepultado con el uniforme de su amado Junior de Barranquilla, en la calle 40 con carrera 7 y 8 denominado cementerio de Los Indios.

Familiares y testigos del hecho relataron que Marrugo Ortega planeó no salir de su casa el domingo, porque se había hecho un tratamiento de desintoxicación, pero de pronto se sintió aburrido y salió de la vivienda a las 12:30 del mediodía.

“Él se montó en la moto, pero cuando vio que un grupo de vecinos estaban discutiendo, le pidió al piloto de la motocicleta que se detuviera, se bajó y desde la terraza de la residencia empezó a observar, al igual que otros vecinos, cuando en cuestión de segundos los funcionarios llegaron, un hombre se les enfrentó con botellas de vidrio”, explicó un testigo.

El desconocido emprendió su huida y los uniformados lo persiguieron, al mismo tiempo que disparaban, y fue en ese entonces cuando una de las balas penetró en la cabeza de Marrugo Ortega, postrándolo al suelo, en presencia de uno de sus hijos menores.

“Los policías pasan por una escuela, ahí les enseñan cómo deben maniobrar un arma de fuego y en qué momento la deben accionar. Ellos no pueden disparar a la loca y mucho menos si en el lugar hay personas en la calle”, indicó un vecino indignado por lo sucedido y quien pidió omitir su nombre.

Su esposa, Yuli Paola Pinto, al ver que aún poseía signos vitales, lo llevó hasta la clínica con la ayuda de algunos vecinos, donde minutos después falleció.

A James Manuel Marrugo Ortega también se le conocía por sus amistades como “Piter” y se desempeñaba como taxista. Dejó huérfano a dos niños: Yeiser Marrugo, de 6 años y Yeifre Marrugo de 8 años.

Su hermana, Yolina Coronado Ortega expresó que “Piter” era una buena persona, dada a la familia y querido por sus amistades. “Era divertido y le gustaba rumbear, esa imagen alegre de él es la que vamos a conversar a partir de ahora”.

El CTI inició la investigación para esclarecer los hechos: coronel de la Policía

La comunidad del sector manifiesta que los responsables de este hecho son los policiales, por este motivo se iniciaron las investigaciones disciplinarias y penales, indicó el comandante de Policía La Guajira, coronel José Wilmer García Mendivelso.



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