El hombre, al parecer, le suministraba a sus víctimas alucinógenos mientras las tatuaba.
De acuerdo con la investigación, el hombre habría aprovechado su condición de artista para exigirle a sus víctimas menores de 13 años tener relaciones sexuales con él, ofreciéndoles a cambio tatuajes.
Igualmente señaló que el implicado, presuntamente, suministraba a los menores sustancias alucinógenas y luego les marcaba su nombre o las iniciales en su cuerpo. Acto seguido los fotografiaba y subía las imágenes a las redes sociales. El presunto abusador, quien fue buscado por las autoridades por cerca de año y medio, fue capturado por miembros del CTI en el barrio San Antonio de Tuluá.