En el acto de perdón el grupo guerrillero entregó a la Iglesia de Bojayá el cristo negro que habían prometido como símbolo de aceptación de la masacre en medio de combates entre ese grupo subversivo y el Bloque Helmer Cárdenas de las Autodefensas el 2 de mayo de 2002.
La entrega del cristo, han dicho las Farc en varias ocasiones, es un símbolo muy importante para la comunidad que se entrega en muestra de reparación y de restauración, además, los miembros de esa guerrilla, reconocieron que es imposible recuperar las vidas perdidas en medio de esa tragedia.
En su momento, Enrique Angulo, escultor cubano y encargado de hacer el cristo, dijo que hizo la obra porque lo sensibilizó toda la historia del pueblo de Bojayá.