El cerebro de los candidatos

Judiciales - Nacional
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Así están organizados los equipos encargados de construir los programas de los aspirantes presidenciales y de prepararlos para los debates.

Algunos estrategas in-sisten en que, al momento de conquistar el corazón de los votantes, ciertos aspectos de las candidaturas importan más que el programa, pero los candidatos para la Presidencia decidieron ponerles especial atención a sus propuestas. Por eso, antes de cada debate televisado, los aspirantes se encierran durante horas a preparar sus temas. Y lo hacen con un grupo de su campaña que siempre está tras el telón: el equipo programático. Desde hace más de un año, los cinco candidatos organizaron su equipo asesor para, por un lado, construir su agenda de gobierno y, por el otro, asesorarlos en los debates.

Desde que se retiró de la Vicepresidencia, Germán Vargas se concentró en este tema. En primer lugar, contrató una consultora que diseñó la metodología para construir su agenda. Con esa recomendación organizó 25 comités con 165 miembros en total, que discuten cada uno de los temas. Esta campaña tiene la particularidad de que Vargas, personalmente, preside cada uno de los comités y da línea sobre el diagnóstico, la propuesta y el impacto de cada política. Se concentra en los temas que más le interesan: infraestructura, vivienda, ordenamiento territorial y descentralización, justicia, estructura del Estado, salud y educación. En cada uno de ellos, Vargas ha publicado un documento y solo le queda divulgar dos.

La mano derecha del exvicepresidente en la coordinación de los temas programáticos es la abogada Ximena Lombana, quien tiene una importante trayectoria pública en temas de comercio exterior, ha sido encargada de negocios de la Misión Permanente de Colombia ante la ONU e investigadora del Departamento Legal de la OEA. Con ella trabajan en temas específicos figuras como el economista Santiago Pardo y el exministro Luis Felipe Henao, gerente de la campaña.

También con año y medio de anticipación, Iván Duque comenzó a trabajar en su programa. En la estructura formal de su campaña, después del gerente, Luigi Echeverri, aparece el director programático. Ocupa ese cargo el economista y columnista Alberto Carrasquilla, exministro de Hacienda de Álvaro Uribe.

De Carrasquilla depende revisar el trabajo final de 23 grupos, cada uno de los cuales tiene un secretario técnico responsable de elaborar propuestas específicas, por un lado, y responder inquietudes del candidato frente a temas puntuales, por el otro. La coordinación del trabajo de los comités está a cargo del académico Felipe Buitrago, quien conoció a Duque hace seis años y trabajó con él en la División de Asuntos Culturales del BID. Ambos escribieron el texto académico La economía naranja, sobre el papel de las industrias creativas, culturales y del entretenimiento en la economía.

Sergio Fajardo lleva más tiempo trabajando en temas programáticos. Comenzó a mediados de 2016, cuando decidió aspirar de nuevo a la Presidencia, y su campaña ha consignado propuestas en más de 20 documentos. Tienen una metodología diferente a la de Vargas y Duque. Primero, construyeron unos planteamientos centrales con su visión de país, y, luego, consultaron con 25 comités integrados por 100 académicos y exfuncionarios del nivel regional. En particular, varios de ellos trabajaron con Fajardo en la Gobernación de Antioquia.

Fajardo es obsesivo en el tema de educación y en el desarrollo de esa propuesta trabajó –por ejemplo– con Luz María Agudelo, quien fue secretaria en esa materia cuando era gobernador. También pone especial interés en los temas de economía, género, juventud y medioambiente.

Fajardo se apoya para la coordinación de los asuntos programáticos en el economista y abogado Carlos Felipe Reyes, quien ha sido consultor de Fedesarrollo y cursó maestrías en políticas públicas y planeación urbana. Él pone en práctica tres mandatos del candidato frente a los temas: consultarlos en las regiones, elaborar propuestas viables y construir sobre lo construido. En cuanto al realismo presupuestal, el exministro Guillermo Perry ha trabajado en validar algunas propuestas. Lo mismo han hecho algunos investigadores de Fedesarrollo o Dejusticia que, sin escribir, han opinado sobre su viabilidad. En el caso de Fajardo, juegan un papel central los acuerdos programáticos entre el Polo Democrático, la Alianza Verde y Compromiso Ciudadano, que dieron lugar a la Coalición Colombia, al igual que los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En cuanto a Gustavo Petro, conforma su equipo programático personas que lo acompañaron cuando ejerció la alcaldía de Bogotá. Una primera parte de la elaboración programática estuvo a cargo de Jaime Urrego, su subsecretario de Salud, con quien el candidato articuló el programa general de la campaña.

Después de la inscripción en marzo asumió ese reto la urbanista María Mercedes Maldonado, quien se lanzó a la Alcaldía en 2015. Ella le habla al oído a Petro (pocas personas lo hacen) y lidera un equipo en el que también aparece el exsecretario de Educación Óscar Sánchez. En cultura lo asesoran exfuncionarios como Clarisa Ruiz o María Eugenia Martínez.

La campaña tiene 15 comités que semanalmente elaboran un diagnóstico y unas propuestas que articulan al texto ya existente, previa revisión de Petro. Sirven de enlace con el candidato la gerente de la campaña, Blanca Durán, y el exsecretario de Integración Jorge Rojas. De los temas económicos y de la viabilidad financiera de las propuestas se encarga Ricardo Bonilla, quien fue su secretario de Hacienda. Y Petro mismo se encargó de los temas ambientales. “Somos conscientes de que las metas de la Alcaldía fueron muy altas. En esa oportunidad establecimos la meta de construir 1.000 jardines, y solo logramos 300. Con esa enseñanza, apostamos ahora por propuestas absolutamente realistas”, asegura uno de los asesores programáticos.

En cuanto a la campaña de Humberto de la Calle, en una etapa inicial contó con la asesoría de un grupo de expertos articulado por la economista Marcela Meléndez, quienes ayudaron al candidato a aterrizar su visión del manejo económico del país y de la política social. Presentaron ese trabajo ante la Sociedad Económica de Amigos del País en noviembre de 2017.

A partir de esa visión, desde diciembre pasado De la Calle conformó un equipo que ha escrito 25 documentos. Cerca de este equipo han estado figuras como el exministro Rudolf Hommes, la académica Elizabeth Ungar, el exministro Carlos Caballero y el experto en educación Fernando Zarama. Y los equipos de Juan Fernando Cristo y Clara López han acompañado la tarea de articular la visión política al programa de gobierno. En total, son 60 personas distribuidas en 8 comités articulados por los académicos Érika Ávila, Camilo Acosta y Julián López. Este último, abogado especialista en políticas públicas, es la cabeza de toda la operación programática.

La campaña más sencilla, en términos de organización, es la de Viviane Morales, La socióloga María Cristina Ocampo, exdirectora del ICBF, la viene asesorando desde hace algún tiempo en políticas públicas. El equipo programático tiene tres componentes: los académicos, entre los que hay muchos exalumnos de Viviane; los jóvenes profesionales de Iglesias evangélicas y fieles de todo el país que envían videos caseros para proponer ideas.

Todo su programa se articula en torno a que los valores religiosos se deben traducir en virtudes políticas, “el concepto de fe se refiere a confianza y eso se traduce a la confianza en las instituciones, a la confianza de los ciudadanos entre sí, y a la confianza en el porvenir”, asegura Ocampo.

Quedan cinco semanas para la primera vuelta. Las propuestas de los candidatos servirán de base para sumar electores, pero también para desarrollar nuevas alianzas sobre la base de acuerdos programáticos. Por ahora, parecen muy bien preparados.