28
Jue, Mar

Trabajo sexual: Dinero seguro para venezolanos en Riohacha

Algunas de las jóvenes del vecino país que llegan a la trabajar a Riohacha, en su mayoría usan de fachada el termo de tinto.

Municipio
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


La capital del departamento de La Guajira, ha recibido muchos venezolanos que vienen en busca de una mejor vida. Sin embargo, debido a la crisis político administrativa de La Guajira, no hay grandes fuentes de empleo. 
Por lo cual, deben desarrollar actividades que jamás pensaron realizar. Una joven de 27 años de edad llamada María*, le contó a éste medio de comunicación que en su país ejercía como enfermera pero, a su llegada a Colombia, le tocó ejercer el trabajo sexual ya que no la empleaban en su profesión por no tener la documentación en regla. Así como ella, manifiesta, hay cinco conocidas más que ejercen este oficio. Para ellas, esta actividad, representa una forma para adquirir dinero y poder enviar a los suyos. 

Se exponen a todo tipo de peligro y discriminación por partes de las trabajadoras sexuales riohacheras, ya que, como dicen coloquialmente, les dañan la plaza. Las tarifas de una guajira están entre 30 mil y 70 mil pesos, mientras las 'placa blanca' como son llamadas, por el afán de ganar el dinero, su precio oscila entre 10 mil y 40 mil pesos siempre y cuando la 'chama sea muy bonita'. Según María*, muchas de las venezolanas que han llegado, han ejercido el trabajo sexual en la ciudad, aunque se mimeticen en otras actividades.

 El caso de los hombres venezolanos no es muy distintos, sin embargo, son pocos los que ejercen el trabajo sexual en el Distrito. Gustavo* un joven de 24 años, estudiante de ingeniería, nos dijo: “presto el servicio de scort a hombres gay por un valor de 70 mil pesos, pero no soy gay, lo hago para poder enviar dineros a mi mamá que tiene 70 años. Mi familia no sabe a qué me dedico acá”. El caso de Juan* otro joven venezolano abiertamente gay es distinto, con tan solo 18 años, ejercía el trabajo sexual en Maracaibo.

 Pero debido a la crisis fueron menos los clientes que podía conseguir por ello tomó la decisión de radicarse en la ciudad. Los dos manifiestan que por lo general son buscados por hombres entrados en años o por alguno que otros turistas que los contactan por medio de aplicaciones telefónicas para conocer gente como Tinder o Grindr. Para ellos no es muy gratificante ejercer el trabajo sexual pero encuentran en la actividad una forma segura para ganar dinero y poder suplir sus necesidades. *Les cambiamos los nombres a las personas para proteger su identidad. 


Más Noticias de esta sección

Ingreso de Usuarios