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Sáb, Abr

Guajiro se convirtió en héroe después de su muerte

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Con la donación de sus órganos se beneficiarán inicialmente 10 niños y un adulto.


En horas de la noche estaba previsto que llegaran las cenizas del riohachero que decidió en vida donar todos sus órganos para que otras personas pudieran seguir viviendo.

Se conoció que de inmediato fueron donadas las córneas para una niña de ocho años, quien nació ciega, ahora podrá tener el privilegio de ver. El Radio, hueso que se ubica en la zona del antebrazo, fue usado para ayudar a un niño que sufría de osteosarcoma, un cáncer óseo.

El fémur y la médula ósea, fueron llevados al hospital la Misericordia de la Capital de la República, para tratar niños con Leucemia. Un riñón fue llevado a Medellín, otro fue dejado en Bogotá. El corazón quedó en reserva, esperando esa persona que lo necesite y cuya esperanza de vida pueda ser alargada.

Además, un joven de 16 años, que tenía la estatura del joven difunto, recibió el hígado. De esa manera, casi todos los órganos fueron recibidos de forma satisfactoria por muchos pacientes en centros asistenciales de Bogotá.

Así narra Melvis Josefina Arismendi todos los beneficios que ha hecho su hijo después de su muerte, quien en vida le manifestaba que si fallecía antes donara sus órganos para quien lo necesite y así otras personas puedan seguir viviendo.

Esa fue la última voluntad de Oscar Evelio Santis Arismendi, quien falleció el jueves anterior en la capital del país, luego de haber sufrido una caída en el baño se le presentó una aneurisma, según el diagnóstico médico, es posible que al caer doblara mal la cabeza, lo que le habría producido un trauma cervical que obstruyó la vena que facilita la llegada de oxígeno al cerebro, después le sobrevino un infarto y los médicos determinaron muerte cerebral.

Sepelio

Muchos guajiros cuando fallecen, casi siempre le hacen un sepelio sobrio, solemne, o incluso con sonidos musicales. “Cuando me muera, me despiden con música y me entierran al lado de un familiar”, dicen algunos.

A otros, les gustaría que encima de su ataúd, estuviese la bandera de su equipo de fútbol favorito. Mientras que algunos prefieren ser cremados y que sus cenizas sean bien conservadas o arrojadas al mar.

Ninguno de los casos anteriores se asemeja a la voluntad de Oscar Evelio, abogado litigante, quien se desempeñó como docente de la Universidad de La Guajira y cursaba un doctorado en Bogotá; vivía solo en un aparta estudio, lugar donde ocurrió el accidente.

A las cuatro de la mañana fue encontrado y de inmediato trasladado a un centro médico, donde intentaron salvarle la vida, pero no fue posible. Posteriormente, el cuerpo inerte pasó a disposición de un cirujano, quien procedió a extraerle los órganos para distribuirlos.

Melvis recuerda que cada seis meses, su hijo, quien tenía sangre  tipo B positivo, iba a un banco de sangre a realizar donaciones, “sáquenme la mayor cantidad de sangre que puedan, que yo me repongo”, decía el hombre de 38 años de edad.

“El cirujano que hizo todo el proceso dijo que mi hijo era un toro, que era muy sano y todos los órganos estaban en perfecto estado. Yo le dije que él se cuidaba mucho”, manifestó Melvis.

El especialista también le manifestó que “no había visto una piel tan hidratada en hombres” y fue trasladada a un pabellón de quemados, ahí no se sabe cuántas personas más se irán a beneficiar. “Se hidrataba y caminaba más que un loco nuevo, porque él decía que si Dios le había dado sus piernas, era para utilizarlas”, aseguró la madre.

Manifestó que las caminatas que hacía le contribuyó claramente a su salud. Además, tenía un herbario en la ventana de su habitación, en Barranquilla, compuesto por plantas como la Hierbabuena, Albahaca, Romero, entre otras y eso le permitía tomar infusiones para su bienestar personal. Para él era un deleite prepararse un buen té a cualquier hora del día.

En medio de su dolor, la angustiada madre se sentía inconforme al saber que los órganos del cuerpo de su hijo habían sido extraídos. Sin embargo, “Después de llegar los datos de la Red de Órganos y saber de esas personas que se han beneficiado, me da una paz interior, me siento tranquila, orgullosa de mi hijo. Lo que no hizo en vida, lo está haciendo ahora después de muerto, es mi héroe”, expresó.

Red familiar

La señora Melvis desea hacer una red familiar con aquellas personas que se han beneficiado de su hijo, “pienso que no ha muerto. Está viviendo en otras personas, porque con sus órganos le está dando vida a esa gente, esto me enorgullece como madre”.

Otra de las voluntades de Oscar Evelio, era que sus cenizas fueran sembradas en un árbol, a lo que muchos familiares reaccionaron en su momento diciéndole que estaba loco. No obstante, lo que quedó del cadáver, fue cremado y su señora madre piensa sembrar las cenizas junto a las raíces de un árbol en Riohacha, cumpliendo el deseo de su hijo.

Oscar Evelio nació en Riohacha, en el hogar conformado por Evelio Santis Aguas y Melvis Josefina Arismendi Morales, de cuya unión también nacieron Juan Andrés, César Iván y Diani Paola Santis Arismendi.

Con esta decisión de Oscar Evelio Santis Arismendi también se enaltece al departamento de La Guajira, porque es muestra de que los guajiros son solidarios y les preocupa el bienestar de los demás, hasta después de su muerte. Paz en su tumba.



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