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Jue, Mar

Hostal boutique convertida en una escuela alternativa en municipio de Dibulla

Los turistas que llegan al Hostal boutique terminan dándole clases a los niños del corregimiento de Palomino.

Península
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En el corregimiento de Palomino existe un Hostal en donde sus huéspedes se convierten en maestros para enseñarle a niños y niñas en condición de vulnerabilidad residentes en el poblado.

Se trata de Hostal Boutique Tribe, uno de los sitios preferidos por Turistas internacionales amantes de la naturaleza y la inmensidad del mar. Sus propietarios Ivonne Marenco Cifuentes y Alejandro Quiroz, son los maestros cotidianos de estos niños.

Cuentan que todo inició recién llegados a Palomino, varios menores se acercaban al Hostal a tirar piedras y a desorganizar las plantaciones que los dos habían iniciado. Identificaron un problema de comportamiento en dichos menores y decidieron actuar a través de la formación y este modelo que ellos mismos llaman ‘educación alternativa’.

Tienen 28 niños en edades entre 3 y 13 años, divididos en tres grupos de aprendizaje. Ivonne se encarga de facilitar conocimientos del módulo ‘Proyecto de Vida’, el cual, básicamente busca que se autoreconozcan, controlen sus emociones, tengan claro cuáles son sus debilidades y fortalezas, además, hace énfasis en la búsqueda del ‘sueño interior’.
Tienen 28 niños en edades entre 3 y 13 años, divididos en tres grupos.
Tienen 28 niños en edades entre 3 y 13 años, divididos en tres grupos.

“Todos tenemos un sueño pero no nos enseñan a identificarlo y a buscarlo. Estos sueños empiezan a ser más evidente a partir de los propios gustos e intereses de las personas. Descubrir el ‘para qué soy bueno’ les da a los niños herramientas para ser personas felices”, manifiesta Ivonne Marenco Cifuentes.

Por su parte, Alejandro Quiroz, imparte el módulo ‘Emprendimiento’, que se encarga de enseñarle a los niños cómo establecer una idea de negocio factible a partir de principios básicos de investigación de mercado, globalización, marketing, entre otros.

Así, los dos se encargan de crear en estos niños conocimiento y capacidades a partir de sus propias afinidades. Por su parte, los turistas se sumergen en este proceso de formación para enseñarles el idioma nativo de cada uno, además, de aportes puntuales sobre la cultura del país de donde provienen, lo cual, le da una visión más clara con respecto al mundo donde habitan.

“Estamos teniendo un efecto multiplicador debido a que niños de Palomino le están enseñando a otros niños del corregimiento de Rio Negro, que está a solo 15 minutos. Estos menores aprenden a ser seres independientes, ya que todo los conocimientos son aplicados en juegos que realizamos en conjunto con los turistas, donde ellos pueden explorar de acuerdo a lo aprendido” resaltó Alejandro Quiroz.



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