Ya inició el año 2018 y con él llega la campaña de publicidad a través de los murales para influir en el debate político que se avecina y en los mismos electores.
Esto genera malestar en instituciones y líderes comunitarios de este municipio quienes implementaron otras campañas de género social, cultural o religioso porque en estos meses del año sus murales de concientización educativa serán remplazados por los nombres y números de los aspirantes a las diferentes corporaciones edilicias y el logo, símbolo de los partidos políticos en Colombia.
La época es propicia para los pintores y publicista a quienes el momento se les convierte en una bonanza financiera con el contrato del diseño de docenas de letreros que invaden las calles y paredes de muchas residencias, generando una verdadera contaminación ambiental la cual se prolifera mas adelante con los ruidos de los altoparlantes.
Aun no se conoce por parte de la administración local, un decreto para regular la publicidad política de conformidad a las leyes, pero se espera que los candidatos y líderes del municipio cumplan con la constitucionalidad, para no tener sanciones posteriores.