Vargas Lleras, o la derecha dura

Política
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La candidatura de Vargas Lleras ya tiene el apoyo de los grandes medios y también el apoyo del Fiscal. ¿Cuáles son y qué implican las propuestas del candidato que parece haber picado en punta? ¿Será que ahora va a cambiar el panorama político?

“No hay enemigos a la derecha”.
Esta fue la consigna que Silvio Villegas - un dirigente conservador que encabezaba una corriente a favor del fascismo- formuló en 1936 es decir en el momento de la “Revolución en Marcha”.
Con esta frase Villegas convocaba a la unidad entre todas las corrientes adversas a las reformas que impulsaba el presidente López Pumarejo, para resistirse a ellas por todos los medios.
Esta frase famosa de la época me vino a la memoria a raíz de la disposición que ha mostrado el candidato Vargas Lleras para llegar a una coalición con el senador Álvaro Uribe de cara a las elecciones del 2018.

Nueva etapa de una
campaña
Este debut de Vargas Lleras pone en evidencia, en primer lugar, que la campaña presidencial 2017-2018 entró en una nueva etapa. En segundo lugar, que se afianza el modelo de un debate que tendrá que ser el de la confrontación de dos grandes coaliciones: la de los adversarios de la paz y la de los propulsores del cumplimiento de los acuerdos y de las reformas que ellos implican.
Culmino por donde empecé. En 1936, los partidos que defendían las reformas, así como el movimiento sindical y campesino, lograron, gracias a la unidad, que se aprobara la reforma constitucional de ese año y que siguiera avanzando la saga reformista de la Revolución en Marcha. Durante mucho tiempo a la derecha no le fue permitido desencadenar la violencia.
Hoy cabe preguntar con inquietud: ¿a cuál de los campos políticos configurados frente al Acuerdo de Paz podrá inspirar hoy aquella situación histórica?

Contra el Acuerdo de Paz
Vargas dijo lo mismo, aun en el detalle, en sus variadas entrevistas, un globo inflado de redundancias con un contenido central: la plataforma político-emocional contra el Acuerdo de Paz entre las FARC y el Gobierno en representación del Estado.
Gloso aquí la entrevista de El Tiempo, porque en ella se recoge de manera más completa la posición del candidato. La mayor parte del texto se dedica al Acuerdo, y esta frase cristaliza su visión sobre la paz: “El proceso de paz fue un buen negocio para el país. La desmovilización de una estructura como eran las FARC y la entrega de las armas han sido una gran noticia”. El negocio de la paz se cerró, como cualquier negocio, con la firma. Lo acordado no compromete al Estado y, por supuesto, no obliga a ningún ciudadano.
Vargas lanza su candidatura sobre la base de oponerse al Acuerdo, y desde aquí convoca a toda la franja antidemocrática y antihumanística del país.