El que varios lugareños aspiren a un cargo de elección popular siempre se convierte en un dolor de la cabeza, no sólo para las familias, sino inclusive para los pueblerinos.
Los primos hermanos: Yeiner Osorio Ariza y José Gregorio Mejía Herrera, se trenzaron en una pelea, inclusive, antes de llegar al Concejo. Se denunciaron el uno al otro y en la actualidad a uno le decretaron muerte política y el otro tiene un proceso abierto. Ellos, cuando jóvenes comían en el mismo plato, se criaron, vivían y estudiaron juntos. En esa amistad Yeiner terminó siendo ahijado de la hermana mayor de Mejía Herrera y de lunes a viernes dormía en casa de José Gregorio.
Inicialmente, Yeiner Osorio Ariza, en compañía de la coalición mayoritaria que estaba en línea con el alcalde Fabio Velásquez Rivadeneira, entran a denunciar en la Procuraduría a concejales de la minoría, entre ellos, José Gregorio Mejía Herrera, quienes desde la administración pasada comenzaron a realizar el proceso eleccionario del Personero Distrital y ellos, entraron a desamarrar el proceso. Por su parte, José Gregorio Mejía Herrera, riposta y desempolvó un proceso judicial que tenía Yeiner Osorio Ariza, en donde fue condenado a 8 meses de cárcel por portar un arma de fuego sin documentos, hecho ocurrido en el año 2009.
Por fortuna, Osorio Ariza contrató los servicios del abogado Janer Pérez Brito y éste le argumentó al Juez que la sentencia no le fue notificada a su cliente, eximiéndolo de toda culpa y en efecto, le mantuvo la credencial. Asimismo, José Gregorio Mejía Herrera, quien también es abogado, denunció penalmente a su colega Janer Pérez Brito, señalándolo de haber sustraído de la manera irregular el fallo condenatorio contra Yeiner Osorio. Al jurista le abrieron proceso.
Igualmente, Yeiner Osorio, contraatacó a través de su abogado Pérez Brito, quien solicitó pérdida de investidura a Mejía Herrera, ante el Tribunal Contencioso Administrativo de La Guajira, porque ser hermano de Jorge Luis Mejía Herrera, quien se desempeñó como Gerente de la Contraloría y en segunda instancia, el Consejo de Estado confirmó la decisión de primera instancia, la cual fue muerte política.