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Jue, Abr

Buscar nuevos caminos

Editorial
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Además de las desafortunadas declaraciones del presidente Juan Manuel Santos en el Foro Económico Mundial para América Latina, que clausuró sus sesiones en Medellín, al afirmar que si el plebiscito no pasa en las urnas, habrá una guerra urbana en el país, otro nubarrón se cierne sobre el proceso de paz.


Ahora Estados Unidos hizo sabe que Colombia ha disminuido el énfasis en su lucha contra el narcotráfico para facilitar un acuerdo de paz que negocia desde 2012 con las Farc. Esto es supremamente grave teniendo en cuanta que este país le había dado todo el respaldo al gobierno Santos en su búsqueda de la paz.

El subsecretario de Estado para combatir el narcotráfico internacional William Brownfield, fue muy explicito cuando afirmo, hace dos días, que tienen que admitir que mientras el proceso de paz y las negociaciones han transcurrido durante los últimos cuatro años, uno de los elementos de la política del gobierno colombiano que no se ha mantenido a los niveles previos es los esfuerzos antinarcóticos y los esfuerzos de erradicación,

De esta forma Brownfield, al comparecer ante la comisión de asuntos exteriores del Senado, consideró perturbador que la producción de cocaína en Colombia se haya duplicado durante los últimos dos años y lo atribuyó parcialmente a la voluntad de su gobierno de no adoptar medidas que compliquen el proceso de paz.

Vale la pena aclarar que el apoyo del gobierno estadounidense al proceso de paz sigue a pesar que debe ser posible negociar sin tener que retroceder ocho años en términos de cultivo y producción de droga, además del tiempo, dinero y esfuerzo, que se perdería en los años de lucha donde los colombianos también han contribuido en forma muy efectiva.

En este problema las dos naciones deben trabajar juntas, unidas; estar en permanente comunicación para encontrar la vía correcta y no caer favoritismos que puedan afectar las relaciones con los Estados Unidos, ya que se podrían interpretar que el presidente Santos estaría acomodando a las Farc para beneficiar del proceso de paz.

A pesar de esto hay la percepción de que se tiene un problema serio; que hay que buscar nuevas rutas de entendimiento que no echen al trato de la caneca los años de esfuerzo de los dos gobiernos y de la millonaria inversión que se hace en este programa.

Desde fines de 2012, el gobierno de Santos y las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia adelantan en Cuba un proceso de paz para tratar de poner fin a más de medio siglo de hostilidades entre las partes. Hasta ahora las delegaciones negociadoras del gobierno y las Farc han llegado a acuerdos en temas clave como una reforma agraria, la participación en política de los guerrilleros, la lucha contra el narcotráfico, el resarcimiento a las víctimas y la forma en que los autores del conflicto armado en Colombia pagarán por sus crímenes.

Pero aún falta llegar a acuerdos en puntos álgidos como el cese bilateral del fuego, el abandono de las armas por parte de los insurgentes y las zonas de ubicación transitoria para los guerrilleros.


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