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Sáb, Abr

La lucha de las deportistas

Editorial
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Boxeadores cubanos ganaron decenas de medallas olímpicas, pero ahora hay un prometedor grupo de púgiles mujeres en la isla que quiere incrementar ese récord.
 Ellas se propusieron destruir los prejuicios machistas y patriarcales y entrenan con la ilusión de que las autoridades les permitan convertirse en el primer equipo cubano femenino de boxeo. Si se aprueba el boxeo femenino, muchas de  esas mujeres cubanas se visualizan en las Olimpiadas de Japón 2020, un sueño para muchas.

 Las boxeadoras cubanas comienzan desde temprano su lucha por sobresalir y su lucha es diaria porque primero deben derrumbar el machismo que aun existe en cuento a este deporte se refiera; seguidamente tienen que luchar contra los hombres que dominan el deporte y son los que se encargan de apartarlas. Lejos de darse por vencidas, las boxeadoras luchan por conseguir toda clase de apoyo; consiguen gimnasios con el apoyo de Correa y entrenar por su cuenta.

Sin embargo, aún no logran que las autoridades locales las escuchen y respondan si les permitirán competir o no. Muchos con frecuencia les recuerdan que es un deporte fuerte, de muchos golpes; pero, en otros países las mujeres también boxean y son apoyadas, lo que hace que ellas no cejen en su empeño de conseguir oportunidades para entrenar y poder competir.

 La mujer cubana que se dedique al boxeo también siente el manto silencioso de la discriminación y el machismo, más aún cuando luchadoras y pesistas sí comenzaron a formar elencos oficiales cubanos en los últimos años y en un mundo donde hay mujeres constructoras y policías, gremios antiguamente vedados para ellas. De larga trayectoria y reconocimiento internacional, el boxeo cubano masculino es uno de los estandartes olímpicos y deportivos de Cuba.

Al listado de leyendas como Félix Savón y Teófilo Stevenson se sumaron Emilio Correa (padre), Mario Kindelan y los jóvenes Julio César La Cruz, Arlen López y Robeisy Ramírez, que ganaron centenares de medallas para su país en los últimos 50 años. Sólo en las Olimpiadas de Río de Janeiro 2016, la escuadra de los guantes de la pequeña isla obtuvo una media docena de preseas.

 Por ahora, y al calor de la polémica mundial generada el año pasado al cuestionar si la Asociación Internacional de Boxeo debía hacer o no obligatoria la presencia femenina en la Serie Mundial de 2017, los directivos isleños siguen sin tomar una posición pública.

 En 2009, el entonces entrenador principal de la escuadra masculina cubana, Pedro Roque, fue singularmente explícito cuando se le preguntó por el boxeo femenino y afirmo que las mujeres cubanas son para mostrar la belleza de su rostro, no para recibir golpes, cerrando prácticamente cualquier posibilidad a la mujer boxeadora. Paradójicamente, Roque luego emigró a Estados Unidos, donde dirigió también el entrenamiento de mujeres.

Desde entonces, las autoridades deportivas de Cuba sólo reiteran que estudian la decisión a través de diversos argumentos y que realizan estudios médicos para conocer el impacto de la disciplina en el cuerpo femenino para definir si éste es apropiado.

Creada por la fallecida esposa del presidente Raúl Castro, Vilma Espín —una legendaria guerrillera que acompañó a su marido y a su cuñado Fidel desde el triunfo de la revolución_, la FMC fue artífice de muchos de los logros que la isla muestra en materia de igualdad de género y empoderamiento femenino.

Actualmente, por ejemplo, el 60% de la fuerza técnica y profesional del país se constituye por mujeres, así como el 63% de la matrícula universitaria, el 70% de los fiscales y el 48% de los parlamentarios. Pero hay otros sectores en Cuba que consideran que las mujeres son una perla en bruto que hay que desarrollar ya que ellas pueden aportar más gloria al deporte cubano, y con razón.

Ellas tienen buena perspectiva, con cualidades y tienen potencial. Los movimientos físico-motores, el carácter explosivo, el ímpetu de los boxeadores cubanos también se nota en estas mujeres. En las calles, algunos defienden el derecho femenino de boxear y representar a Cuba.

Otros, incluso algunas mujeres, hacen muecas o prefieren no opinar, pero el debate ya está instalado al menos entre la afición isleña al deporte. Hay mucha polémica con este tema.

Se las toleró, pero no tienen apoyo oficial y no van a las competencias; si se permitió en la lucha o en las pesas, que son disciplinas realmente fuertes, no debe haber veda a las mujeres en el deporte del boxeo. 


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