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Vie, Abr

El periodismo en la era Trump

Editorial
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El mundo parece que va a la deriva tras las primeras decisiones del nuevo presidente de EEUU. Los medios de comunicación ya llevan en esa dinámica varios años. Pero en estos momentos las organizaciones periodísticas son más necesarias que nunca. Es hora de definir nuestro papel en la sociedad para salvaguardar una democracia en horas bajas.


Durante la campaña electoral, Donald Trump tuvo una relación de enorme tensión y abierta hostilidad hacia los medios de comunicación. Ya instalado en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos parece estar decidido a recrudecer su pulso con los periodistas, a quienes considera “los seres humanos más deshonestos de la Tierra”. Les ha acusado de falsear los datos y mentir solo por haber expuesto que la asistencia de público a su toma de posesión fue inferior a la registrada durante la inauguración del mandato de Barack Obama. Sus diatribas son insólitas, intolerables e impropias de un mandatario.

Siendo extremadamente graves las descalificaciones a la prensa, lo más aterrador es que ni Trump ni sus asesores parecen haber entendido que son los periodistas quienes tienen que someter a escrutinio al poder y no al revés. Cuestionar la credibilidad de los medios, burlarse de ellos, calificarlos de “escoria” y acusarlos de actuar por intereses políticos formó parte de una estrategia de campaña. Lo verdaderamente peligroso es que su Administración considere que los periodistas son un obstáculo para gobernar y deslegitime su labor.

Es ahora cuando los periodistas deberán demostrar de qué están hechos, y evitar caer en el juego manipulador que Donald ha comenzado. Son tiempos de recobrar y mantener la confianza de la audiencia y de hacer periodismo que valga la pena.

Sí, para el sector periodístico norteamericano (como muchos otros sectores), la era Trump traerá tiempos difíciles, pero al mismo tiempo representará una serie de desafíos que abren la oportunidad de que la industria se fortalezca, y que se haga periodismo valiente que la ciudadanía de todo el mundo agradezca. El reto está puesto.

Estados Unidos se encuentra en el lugar 41, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2016 elaborada por Reporteros Sin Fronteras, que se basa en datos de 2015. En vista de los acontecimientos de 2016, es previsible una caída en la próxima tabla, que será publicada en el Informe Anual de la organización.


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