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Sáb, Abr

Hambre y violencia en niños

Editorial
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La comunidad internacional debería hacer más para proteger a los más de 200 millones de niños soldados, esclavos sexuales menores y refugiados adolescentes huérfanos en zonas de conflicto. 
La situación es más urgente que nunca y por eso se hace necesario esfuerzos coordinados para liberar y rehabilitar a miles de niños soldados desde Sudán a Somalia, y a miles de niñas forzadas a casarse y toda clase de violaciones todas amparadas bajo el pretexto de la guerra. Aquellos que hacen daño a estos niños están haciendo daño a lo más sagrado de la humanidad; matar y maltratar a los niños es negar la civilización.

 Aunque 105 países se adhirieron a los compromisos fijados hace 10 años para proteger a los menores en conflictos, los problemas persisten y hay que buscar que más gobiernos se sumen a esta iniciativa.

 Los niños no deben estar en el campo de batalla. Deben estar en la escuela. Deben estar en lugares seguros donde sean queridos y estén protegidos de las batallas que no generaron. Además de ser víctimas de las atrocidades de la guerra, los casi 1,4 millones de niños corren un riesgo inminente de muerte por una hambruna que amenaza zonas de Sudán del Sur, Nigeria, Somalia y Yemen.

 El aviso lo hizo Unicef un día después de que se declarase una hambruna en zonas del estado sursudanés de Unity, donde hay una guerra civil desde finales de 2013 y la severa inflación ha hecho que muchos no puedan pagar la comida. La agencia lleva meses alertando de la grave malnutrición en el nordeste de Nigeria, especialmente en zonas que han quedado en gran parte inaccesibles por la insurgencia de Boko Haram. Se estima que casi 500.000 niños sufrirán malnutrición grave este año en los estados de Borno, Yobi y Adamawa. También Somalia enfrenta una sequía y casi medio millón de niños sufren malnutrición aguda severa en el conflicto de Yemen. 


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