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Jue, Abr

¿Le funciona a Maduro?

Editorial
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Algunos medios influyentes en los Estados Unidos ya comienzan a preguntarse ¿por qué Nicolás Maduro no ha respondido tan virulento, como suele reaccionar contra el “imperio”? Incluso al grado de inventar amenazas inexistentes para hacer la apangada que el país es objeto de un peligro extremo enfrentando a un todopoderoso enemigo.
Comentan que no le han escuchado al mandatario venezolano aquellas arremetidas implacables pese a las sanciones de Washington contra altos funcionarios del régimen –entre ellos al vicepresidente encargado del temido “Comando Nacional Antigolpe” ligado por el Departamento del Tesoro al tráfico de narcóticos– y recientemente la reunión en la Casa Blanca con la esposa del reo político.

El gobierno venezolano –comenta alguna prensa norteamericana– persiste en tratar a Trump con guantes de seda. Recientemente, lejos de atacar a los “imperialistas invasores” como es su costumbre, más bien anunció sorpresas en las relaciones bilaterales entre su gobierno y la nueva administración. Adelantó que están preparados a embarcarse en una masiva importación de granos básicos de los Estados Unidos, para paliar la insoportable escasez que tiene al borde de la desesperación al hambriento pueblo venezolano.

El otro día aprovechando un mitin le envió un mensaje masticado en inglés ininteligible, reiterando su deseo de entablar con Trump una buena relación. Qué tanto la táctica melosa le funcione es otra cosa. Un comunicado emitido por la Casa Blanca informa sobre la reciente plática telefónica entre Trump y Bachelet, donde el líder del país más poderoso del mundo “le mostró su consternación sobre  la situación en Venezuela, mientras ambos coincidieron en la importancia de avanzar los principios democráticos en todo el Hemisferio Occidental”. 

“El presidente estadounidense volvió a discutir el estado de los derechos humanos de Venezuela, tal como lo hizo durante charla telefónica con el presidente de Brasil”. El secretario general de la OEA en un detallado informe plantea el agotamiento de las gestiones diplomáticas y el fracaso del diálogo que solo ha servido al régimen como tregua mientras se agudiza la crisis y la violación de derechos humanos.

Ha vuelto a solicitar activar la Carta Democrática y sugiere la suspensión si en el plazo de 30 días el gobierno no cumple con las recomendaciones del informe. Nicolás respondió con las usuales descalificaciones llamándolo “traidorcito” y “almugre”.  


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