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Vie, Mar

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Editorial
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Las Ong establecidas en el país están preocupadas por el índice de violencia y asesinatos que ha repunt6do últimamente en el país. El Consejo Noruego para Refugiados repudió el asesinato del líder comunitario José Jair Cortés ocurrido en el suroeste de Colombia y le pidió al Gobierno reducir a cero los crímenes de líderes comunitarios.

Este incremento en el índice de asesinatos no solamente preocupa a los Ongs, sino también a todos los colombianos que se preguntan entonces que está pasando en el país, más aun cuando, según el gobierno estamos en paz. De acuerdo con esto, se pide al gobierno de Colombia que reduzca a cero el número de asesinato de líderes e implemente todas las medidas necesarias para lograr rápidamente una paz duradera que beneficie a las poblaciones más vulnerables.

No solamente a la población más vulnerable; también se debe proteger al ciudadano del común que también sufre del embate de la violencia en las calles del país, llegando incluso a asesinar por robar un celular, cas que a diario se presentan, en forma lamentable.

Los colombianos rechazan toda acción que atente contra la vida, la libertad y la integridad física de la población civil y la utilización de medios que generan temor en la población y violen los derechos territoriales, étnicos, políticos y educativos y que sobre todo, atente contra la vida de las personas de bien que no tienen problemas.

La preocupación es válida: al menos 186 líderes sociales y defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia entre el 1 de enero de 2016 y el 5 de julio pasado, la mayoría en zonas donde operaba la guerrilla Farc, denuncia realizada por el Defensor del Pueblo. Del total de homicidios, 52 ocurrieron en lo que va del año y hay unos 500 líderes sociales y defensores de derechos humanos amenazados, según estadísticas de la Defensoría a Carlos Negret, quien también dio a conocer que la gran mayoría de los homicidios y las amenazas están en la zonas donde estaban las Farc, cuyos cerca de 7.000 ahora excombatientes están concentrados en 26 zonas del país como parte del acuerdo de paz para terminar 53 años de conflicto interno.

Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el Eln, han venido ocupando los espacios que están dejando las Farc.

Expertos también advierten que bandas criminales como el ‘Clan del Golfo’, principal grupo delincuencial del país y dedicado al narcotráfico, buscan apoderarse de los territorios donde operaba las Farc. La Onu7, de su lado, sostiene que 127 activistas fueron asesinados en 2016 y responsabiliza de los crímenes a disidentes de la guerrilla Farc, posparamilitares, criminales comunes y al ELN. Todavía subsiste este tema a pesar de los esfuerzos del gobierno y la Fiscalía General en esclarecer los móviles de los asesinatos y amenazas.


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