En el 2017 no paró la violencia de género

Editorial
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Este año que está a punto de finalizar deja un saldo extraordinariamente negativo en lo que se refiere a las víctimas que ha provocado la violencia de género. Casi 200 asesinatos de mujeres a manos de los que fueron de quienes fueron sus parejas, dejando familias huérfanas que han quedado desamparados y con una carga emocional que les hará la vida mucho más difícil. Pero, también, aunque nunca se hable de ellas, cientos de mujeres heridas y acobardadas que no pueden hacer una vida normal sabiendo que la amenaza de una violencia disparatada e injusta puede llegar en cualquier momento.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, tan solo a octubre de 2017 en Colombia se presentaron 71.466 casos de violencia de género: un 76% fueron contra mujeres, es decir, cerca de 55.000 víctimas. De esta cifra, más de 26.000 son maltratadas principalmente por sus parejas.

El informe señala a su vez que 14.500 casos corresponden a hechos de violencia sexual contra niñas y mujeres, de las cuales un 84% son menores de 19 años.
A la fecha ya son 95 mujeres víctimas de homicidio por cuenta de sus ex parejas o actual pareja y en lo que va del año 22 mujeres han sido atacadas con agentes químicos.
El año pasado en Colombia se presentaron 91.445 casos de violencia física, psicológica y sexual contra niñas y mujeres.

Colombia es un país que quiere progresar, que quiere situarse entre los mejores del mundo. Pero no lo conseguirá mientras las diferencias de género sean tan acusadas. Además de unos asesinatos terribles, las mujeres soportan diferencias en los puestos de trabajo por razón de su sexo, las mujeres tienen menos y peores posibilidades en general. Y eso no se puede consentir por más tiempo.

La violencia contra la mujer es una problemática mundial que en Colombia tiene dimensiones preocupantes y de la cual no se escapan. Reconocerla no es fácil porque nos hemos acostumbrado a vivirla cotidianamente. En América Latina y el Caribe al menos 12 mujeres son asesinadas cada día por el simple hecho de ser mujeres, según un estudio de 2016 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

Este año se realizó por primera vez el Paro Internacional de Mujeres el 8 de Marzo, cuando millones de personas de 55 países del mundo se adhirieron a la primera huelga global para protestar contra la desigualdad y la violencia de género.

El 2017 también estuvo marcado por la avalancha de denuncias en EEUU sobre abusos y acoso sexual a las mujeres en la industria del cine, el espectáculo, la política y las grandes empresas.

La etiqueta #MeToo (Yo También) en la red Twitter terminó convertida en un movimiento para alentar a las víctimas a compartir sus historias.

Hay que tener varias cosas claras y una de estas es que existe la Ley 1257 que define los cuatro tipos de violencia que existen: física, sexual, económica y psicológica. Quien sufre una o todas se enfrenta a varias dificultades cuando decide romper la cadena del silencio y denunciar: falta de información, desigualdad y revictimización, que provienen en parte de las entidades y servidores públicos que deben velar por la protección de las mujeres, pero que no conocen el marco jurídico que las rodea; y por ese sector de la sociedad que aún piensa de forma machista y patriarcal.

Si en el país se empiezan a dar estos pasos, la lucha será colectiva y tal vez así, tan solo así, Colombia dejará atrás las infames listas y las alarmantes cifras que marcan la vida de las mujeres año tras año.