El G20 frente al riesgo de una guerra comercial

Editorial
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En tiempos de incertidumbre sobre la economía mundial, algo queda claro: el comercio nunca ha tenido la importancia que tiene hoy para el crecimiento económico, la productividad, la innovación, la creación de empleo y el desarrollo.
El mundo nunca ha sido más interdependiente que en la actualidad. Y la cooperación internacional nunca ha sido tan necesaria para lograr un crecimiento económico inclusivo y sostenido.
Esto es evidente en un momento en el que el comercio mundial parece recobrar la dinámica que tuvo en períodos anteriores a la crisis económica-financiera de 2008.

El año pasado aumentó 4,7 % y dejó atrás el tímido crecimiento de 1,6 % en 2016. Aun cuando esa incipiente recuperación inicial es una buena y esperada noticia, las perspectivas siguen siendo inciertas, asegura Horacio Reyser, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería de Argentina y presidente del grupo de trabajo de Comercio e Inversiones del G20.

Es desafortunado observar el incremento de las tensiones comerciales en un momento en que, según las cifras de los organismos internacionales, la recuperación económica global está siendo respaldada por el comercio. Por primera vez en mucho tiempo el comercio está creciendo más rápido que el PIB mundial y extiende su recuperación a todo el mundo. Hoy, lo que menos necesita la economía mundial es una guerra comercial.

Hace diez años, el G20 demostró ser un foro eficaz para coordinar los esfuerzos internacionales necesarios para enfrentar la mayor crisis económico-financiera experimentada por el mundo desde 1930. Hoy se enfrenta a nuevos retos, donde se suman los cuestionamientos a la globalización y a la fragilidad del sistema multilateral de comercio.

El G20 debe una vez más demostrar su liderazgo para construir puentes y asegurar que los beneficios del crecimiento económico alcancen a todos y sin dejar a nadie atrás, en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.

El G20 concentra tres cuartas partes del comercio global, la mitad de los flujos de inversión externa directa, la mitad de los flujos hacia el exterior y el 80 % de la producción global. Por ello, sus acciones trascienden las fronteras y en particular inciden en los países en desarrollo, ya que alrededor del 70 % de sus importaciones tienen ese origen y casi el 80 % de sus exportaciones se dirigen a ese destino.

Como hace 10 años, el G20 está en condiciones de proponer acciones relevantes para el crecimiento económico mundial y realizar una contribución significativa a los retos globales, de acuerdo con la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.

Bajo la Presidencia argentina, el Grupo de Comercio e Inversiones emprendió un camino común para construir consensos que permitan encontrar alternativas para enfrentar conjuntamente los desafíos y aprovechar las oportunidades que presenta el cambiante escenario internacional.
Ningún país podrá llegar lejos en soledad. Sólo unidos se podrán encontrar las soluciones globales para los problemas comunes.