En semana se le presentó esta dificultad al conductor que quedó aturdido y después no sabía qué hacer. Los mirones y transeúnte le gritaban cosas y eso hacía.
Para bien del conductor el vehículo se incendió al lado de la Gobernación y con los extintores de la entidad se logró conjurar el fuego pero después quedó la pregunta. ¿Qué tanto están los conductores preparados para un imprevisto?, podría pensarse que es una tarea de los organismos de tránsito y los mismos conductores.