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Jue, Mar

Autoestima colectiva en Riohacha 470 años

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



En el marco de construcción del Plan Riohacha 470, se generó una discusión en torno de uno de sus ejes estructurantes, y que se encuentra constituido a partir de la cultura e identidad. Para su desarrollo, en el conversatorio se hicieron varias preguntas: ¿Cómo lograr la apropiación institucional y comunitaria del plan?, ¿cómo lograr que la identidad cultural y sentimiento de pertenencia mejore la convivencia ciudadana?

Historiadores como Freddy González Zubiría e investigadores sociales como el antropólogo Weildler Guerra Curvelo manifestaron su opinión y se focalizaron en las divisiones y tendencias excluyentes que hoy tiene la sociedad municipal que se encuentra dividida entre riohacherista (el nativo o raizal), riohacherense (el que se adapta y se adscribe de manera voluntaria) y riohacheroide (el que nace o vive en la ciudad e incumple normas de convivencia). Ellos coincidieron en la necesidad de trabajar en la unidad, especialmente, cuando se mantiene una crisis institucional y debilidad en la gobernanza local y regional.

Al responder dichas preguntas, comenté que los teóricos de la planificación del desarrollo han creído que la alta disponibilidad de recursos naturales, financieros, la aglomeración poblacional e industrial, la conectividad, disposición de servicios públicos, la generación de economías externas, calidad del capital humano, seguridad y la disposición de los empresarios en quedarse a vivir e invertir en su lugar de origen, son indispensables para el despegue económico de una localidad o región y mucho más en este Plan Riohacha 470 años.

Pude recordar que Douglas North ha centrado el debate en las fortalezas que deben tener las instituciones del Estado como generadores del consenso social en propiciar políticas públicas y respetar acuerdos. Para él, un buen indicador del desarrollo de una sociedad lo provee su entorno institucional. Mayor transparencia y estabilidad en la reglas de juego se traduce, invariablemente, en mayor desarrollo económico.

Riohacha como ciudad capital de La Guajira, no tiene todos esos atributos esenciales, pero cuenta con algunos de ellos. Si analizamos las ciudades colombianas, ninguna de ellas puede darse el lujo de tener totalmente alineados estos factores del desarrollo, pero van mucho más adelante que nosotros. Tienen más capacidades y cuentan con mejores vivideros, que llenan de orgullo a sus habitantes. ¿Que nos falta para juntar lo que tenemos, dar el salto social deseado y sentirnos orgullosos de lo que es propio.

En la teoría economía muy poco se habla de la autoestima colectiva o identidad social como factor generador de progreso, participación y cohesión. Para una ciudad como Riohacha, cuya población durante los últimos 20 años creció 8.5 veces, con 42 mil deslazados con desarraigo y con una comunidad emigrante que llega al 18% de los nacidos en esta tierra, me llevan a pensar que este concepto es crucial para el desarrollo local. En psicología la autoestima colectiva se puede interpretar como amor por lo que es propio y la autoapreciación del lugar en donde se nace o en donde se vive. Es la percepción emocional más profunda que las personas tienen de su entorno vital. Dentro de la Pirámide de Abraham Maslow que jerarquiza de las necesidades humanas, ella se ubica en el cuarto nivel, muy cerca a la cúspide, que es la autorrealización.

Con autoestima colectiva se pueden obtener propósitos inalcanzables cuando faltan los demás factores (institucionalidad de origen estatatal). La autoestima colectiva nos haría cumplidores de normas y acuerdos. Nos lleva a cumplir nuestras responsabilidades con facilidad, nos hace sentir orgullosos por lo que tenemos, por lo que es propio, nos permite enfrentar retos individuales y colectivos con entusiasmo en donde el Estado falla.



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