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Jue, Mar

Criterios para intervenir la desnutrición

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



El Observatorio de Infancia, Niñez y Adolescencia del Departamento de La Guajira ha venido haciendo diferentes indagaciones y análisis sobre la situación de la desnutrición en nuestros municipios.

En el informe que se ha compartido con todos los actores del sistema de protección y bienestar familiar, se concluye que el departamento presenta fallas importantes en tres componentes claves de los procesos de seguridad alimentaria y nutricional. 

La primera, no cuenta con sistemas de información confiables, debido a la existencia de subregistros y por lo tanto, existen deficiencias en las coberturas y procedimientos estandarizados de captura de datos Segunda, se desconocen la localización de muchas comunidades indígenas y campesinas, por lo que son de baja accesibilidad. Tercera, en la actualidad existen fallas de cuantificación del número de población que requieren ser impactadas, desconociéndose los resultados de las intervenciones que se hacen desde los sectores oficial y privado.

De acuerdo a los planes de desarrollo y el perfil epidemiológico de cada territorio, desde lo local se deben diseñar modelos de intervenciones especiales que consideren acciones integrales y que respondan a eventos propios dentro del territorio, como la prevalencia de morbimortalidad y bajo peso al nacer. Igualmente, hacer seguimiento, evaluación, ajustes efectivos para cada área, en especial, en los resguardos indígenas.

Dado que reducir la morbimortalidad infantil es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el departamento, los municipios y las entidades del orden nacional como el Bienestar Familiar y el Departamento de la Prosperidad Social, las Eps, las Ips y el sector privado, deben coordinar acciones a través de los comités de infancia y adolescencia para buscar lograr el mayor impacto y la máxima cobertura de los programas de seguridad alimentaria, alimentación escolar, generación de ingresos, plan de intervenciones colectivas, evitando la concentración de acciones en una sola parcialidad del territorio o la duplicad de acciones sobre una misma comunidad.

Si queremos no solo contribuir con el logro de las metas del milenio, sino dar una atención efectiva a las comunidades más necesitadas del Departamento, en especial, a los niños en alto riesgo, debemos comenzar por identificarlas plenamente, rediseñar los mecanismos que nos permitan garantizar impactar y lograr una cobertura real sobre las mismas, y desarrollar dispositivos para realizar seguimiento a las acciones públicas y privadas.

En lo posible, se debe coordinar acciones en un solo macroproyecto de mediano plazo evitando iniciativas puntuales, espasmódicas, individuales, descoordinadas y cortoplacistas que generan pérdida de recursos y oportunidades. Se hace necesario que todos los actores del sistema, entidades territoriales, Ong y fundaciones, hospitales, Ips y Eps que actúan en el territorio realicen un trabajo articulado en pro de focalizar, establecer y eliminar factores de riesgo de morbi mortalidad y bajo peso al nacer, a través de la vigilancia y control de intervenciones focalizadas, ajustadas a factores socioculturales, de acceso a agua potable, alfabetización, entre otros.

Los hospitales y las clínicas deben dar cumplimiento real a los protocolos de nutrición de la organización de salud OMS, también contar con personal capacitado en la búsqueda de garantizar una alimentación acorde a las fases del tratamiento, siendo de obligatorio cumplimiento suministrar al niño malnutrido la conocida Fórmula 100 y Fórmula 75 como terapéuticos de leche y productos alimenticios diseñados para tratar la desnutrición crónica.



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