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Vie, Abr

La humildad: componente vital del liderazgo (II parte)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alejandro Rutto Martínez

Alejandro Rutto Martínez

Columna: Opinión

e-mail: alejandrorutto@gmail.com



¿Por qué la humildad es importante para el liderazgo? Veamos las siguientes razones:

1º. Porque un líder humilde no tiene la intención de beneficiarse así mismo con su liderazgo este hecho es aceptado de manera favorable por el seguidor.

2º. Por el entusiasmo que despierta quien tiene la sabiduría de dirigir a sus semejantes sin dejar alguna duda sobre la amplitud y generosidad con que demuestra que no es si no un integrante más, común y corriente del grupo a su cargo.

3º porque al buscar el beneficio de todos y no al suyo propio es quien se ubica más cerca al logro de los objetivos propuestos

4º. La humildad permite tener una visión mas amplia, una perspectiva más adecuada del proyecto de vida personal, pues lleva a prender mas a tener fe en si mismo, en Dios y en la gente, y esto conlleva a activar su vocación de servicio.

5º. La persona humilde cuenta con la indiscutible ventaja de que sus sentidos o ánimo y su mente están en disposición de aprender y de aprender continuamente de una de las fuentes de conocimientos más rica y útiles: las otras personas.

6º la humildad cuando ayuda a aprender prepara el escenario para una mayor sabiduría sobre el cómo hacer y actuar frente a cada desafío de la vida de liderazgo lo cual abre también las puertas de las celdas que conducen al éxito.

Lo contrario de la humildad no es el orgullo ni la arrogancia sino la falsa humildad pues se constituye es una máscara detrás de la cual puede esconderse no solo el orgullo, la altivez, la arrogancia sino el deseo de utilizar el liderazgo en provecho propio y no de los demás.

La vida es un sendero lleno de cuestas espinadas, espinas agudas, rectas prolongadas, curvas sinuosas y piedras con afiladas aristas el camino de la vida, es en cierta forma un destino también y debe recordarse con dignidad, firmeza y una verdadera convicción de los que se quiere y también aquello de lo firmemente se cree.

Ese sendero debe recorrerse en la compañía de otras personas y esas personas siempre irán bien adelante, bien detrás de nosotros, o a nuestro lado.

El líder humilde hará que su presencia se sienta con fuerza y no se situará ni de atrás, ni adelante, ni mucho menos arriba sino al lado de su gente, junto a la cual luchará a brazo partido para que todos puedan saborear las mieles del triunfo.

Es ese líder, líder humilde y productivo el que los grupos desean tener para cumplir con el doble propósito de caminar bien y derecho y de tener la esperanza de llegar, de llegar oportunamente al sitial previamente elegido o a uno aún mejor ubicado por ejemplo en la victoria plena y segura del equipo y de cada uno de sus integrantes.



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