Fiesta del Caimán Cienaguero, muestra del folclor caribeño

Monumento al Caimán Cienaguero y Tomasita en Ciénaga.

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Todos los años en el mes de enero, el municipio de Ciénaga, en el departamento del Magdalena, se convierte en el anfitrión de una de las fiestas más representativas del Caribe Colombiano.

Monumento al Caimán Cienaguero y Tomasita en Ciénaga.Monumento al Caimán Cienaguero y Tomasita en Ciénaga.
El Festival Nacional de la Leyenda y Danza del Caimán Cienaguero es una muestra cultural que representa folclor Caribe. Ciénaga el epicentro de esta celebración, es el segundo municipio más habitado del departamento del Magdalena. En este lugar nació en tiempos inmemoriales una leyenda que denota la cotidianidad del hombre trabajador que usaba la pesca como su sustento, la leyenda cuenta una triste historia: la del Caimán Cienaguero.

Reseña de la Leyenda del Caimán Cienaguero

Un 20 de enero, día de San Sebastián, reunidos en el municipio de Ciénaga, un grupo de pescadores procedentes de Pueblo Viejo, pintoresca población construida a orillas de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se encontraban en una amena parranda en el barrio “Cachimbero”, nombre derivado del olor a tabaco o cachimba propio de los fumadores, a orilla del mar, en casa de Miguel Bojato, quien vivía allí con su mujer, Ana Carmela Urieles, y sus dos hijas: Juanita y la cumplimentada Tomasita.

El padre dispuso que las hermanas fueran al mercado a comprar el ron y la comida para continuar el festejo. En casa de los Bojato todo era alegría, cantaban y bailaban cumbias y puyas, aunque en vista de la tardanza de Juanita y Tomasita un ambiente de preocupación comenzó a apoderarse de los asistentes al jolgorio.

De pronto aparece Juanita. Su padre, presuroso, sale al encuentro y con voz entrecortada preguntó:
“Mijita linda ¿Dónde está tu hermana?”. Juanita lo miró y gritando respondió:


“El caimán se la llevó”.
Posteriormente, Juanita cuenta que su hermana Tomasita fue a lavarse los pies en las aguas de un brazo de la ciénaga, se distrajo, resbaló y “un maldito caimán se la comió”.
De inmediato los asistentes a la fiesta, en su gran mayoría miembros de la familia Bojato y Urieles, se trasladaron al mercado en busca de Tomasita, con resultados infructuosos.

Al que encontraron fue al caimán, dándole muerte con palos y arpones. El reptil, montado en una troja construida con unas varas de mangle, fue conducido a casa de los Bojato acompañado de dos filas de danzantes, una de cada lado del caimán.

Ya a esa hora la noticia era conocida en toda Ciénaga, los pobladores se apretujaban en las aceras para ver de cerca al caimán, mientras el padre de Tomasita gritaba:
“Hoy día de San Sebastián cumple años Tomasita. Este maldito caimán se ha comido a mi hijita”.



“Ay mijita linda ¿Dónde está tu hermana?”
“El caimán se la llevó El caimán se la comió”.
Autor: Jairo Soto Hernández

Hoy con un vestuario informal, se baila en dos filas paralelas y un caimán artesanal que se balancea en medio de las dos filas. El baile se detiene mientras un pregonero entona versos improvisados a la vida, la mujer o la cotidianidad, alternados con el coro:

“El caimán se la llevó, el caimán se la comió”.

De esta leyenda parte la celebración de esta fiesta, que desde hace más de 100 años alegra a los visitantes de toda la costa Atlántica, y hace 55 años pone en disputa artística a grupos folclóricos de todo el país.

En esta celebración las comparsas recorren las calles del pueblo para luego hacer una presentación de manera oficial en la tarima principal, el pueblo cienaguero y los visitantes observan la competencia de los grupos participantes y eligen a un ganador.