Un perfume es un hasta siempre. Aromas frescos, viajeros o eternos nos cautivan en las fechas del año en las que las fragancias se convierten en uno de los regalos estrella.
Por Inmaculada Tapia.
Por: EFE/REPORTAJES
Un perfume es un viaje idílico, ensoñador, aventurero, a pesar de tratarse de algo muy personal, es uno de los regalos más tradicionales de estas fechas.
Viaje imaginario
Para ayudarnos a tener ese viaje imaginario que tanto deseamos, Yves Saint Laurent ha creado “Le Vestiare des Parfums”, una colección oriental que tiene que ver mucho con la infancia del diseñador en Orán, una tierra por la que siempre sintió cierta nostalgia y de la que ha sabido sintetizar en su perfume para una mujer urbana y contemporánea.
El oro es el elemento que mejor evoca el esplendor oriental, una razón por la que Magnificent Gold está marcado por la esencia dorada del azafrán que marca el hilo conductor de esta fragancia, luminosa y donde la vainilla intensifica su olor.
Para quienes deseen un aroma profundo como el cuero, pero de tacto aterciopelado, “Sleek Suede” evoca la arena del desierto con un aroma de madera y profundo cacao, azucarado por la savia y que, a su vez, realza el aroma del pachuli.