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Jue, Abr

La energía que llega del mar

Medio Ambiente
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Una planta flotante que genera electricidad impulsada por las mareas, considerada la más potente del mundo, está anclada en las islas Orcadas, al norte de Escocia, y ha comenzado a entregar corriente a la red eléctrica del Reino Unido, pudiendo satisfacer la demanda eléctrica anual de 2.000 hogares durante los próximos 15 años.

La planta mareomotriz flotante 02, está conformada por una estructura o casco tubular de 74 metros de longitud, con dos ‘patas’ retráctiles a sus costados, que descienden para sumergir las dos turbinas generadoras, cada una con dos aspas de 10 metros de largo, según Orbital Marine Power (OMP).

Cuando están sumergidas, las dos turbinas gemelas giran impulsadas por las corrientes de las aguas marinas producidas por la mareas, que en la zona escocesa de Fall of Warness pueden superar la velocidad de 3 metros por segundo, siendo capaces de generar en conjunto 2 megavatios (MW) de electricidad.

Esta planta, anclada al lecho oceánico mediante cuatro cadenas y conectada a la red eléctrica terrestre mediante cables submarinos, satisfará la demanda anual de electricidad de 2.000 hogares del Reino Unido y compensará la producción de unas 2.200 toneladas de CO2 por año, según OMP.


Planta mareomotriz flotante O2, durante su traslado desde la costa al punto donde actúa al norte de Escocia. (Foto: Orbital Marine Power)


Para producir electricidad ya se están aprovechando la fuerza de los vientos (energía eólica), la radiación del sol (energía fotovoltaica) y el calor interno de la Tierra (energía geotérmica).
Sin embargo, uno de los recursos energéticos que podría llegar a ser una de las principales fuentes renovables de energía en muchos lugares del planeta resulta más desconocido y está casi sin aprovechar: las poderosas corrientes de marea del mar.

La denominada energía mareomotriz genera corriente eléctrica aprovechando los periódicos ascensos y descensos de las aguas oceánicas, producidos por la acción gravitatoria del Sol y la Luna, en las zonas costeras de continentes y archipiélagos.

Es una tecnología que incluye distintos métodos de generación eléctrica, que puede utilizarse solo en zonas costeras con determinadas condiciones de relieve y desniveles de mareas y que aún está en desarrollo, pero que tiene un enorme potencial, y podría situarse al mismo nivel que las energías solar y la eólica en poco tiempo, según algunos expertos.


La planta más potente del mundo

Ahora acaba de entrar en servicio la central mareomotriz O2, considerada la más potente del mundo, entregando 2 megavatios (MW) de electricidad a la red eléctrica terrestre local, a la que está conectada mediante cables submarinos, según su fabricante Orbital Marine Power, OMP (www.orbitalmarine.com).

Esta central flotante ‘costa afuera’ está anclada en Fall of Warness, en el Centro Europeo de Energía Marina, EMEC, (www.emec.org.uk) un sitio de pruebas de ‘turbinas de corriente de marea’, situado en las Islas Orcadas (Orkney) al norte de Escocia (Reino Unido).

La central 02 consta de una estructura flotante, con una parte situada al nivel del mar, y otra parte sumergible y equipada con dos turbinas gemelas, similares a las que funcionan en las centrales hidroeléctricas de los ríos y embalses, ya que al girar impulsadas por las aguas generan electricidad.

Esta plataforma está anclada mediante cadenas de amarre al fondo marino, en medio de poderosas corrientes de marea. Los rotores de sus dos turbinas submarinas (cada una con 1 MW de potencia de generación) capturan la energía de las aguas que fluyen, en una zona donde la velocidad de las mareas puede superar los 3 metros por segundo, según Orbital Marine.

Esas turbinas de dos aspas, bidireccionales y habitualmente bajo el agua, están conectadas a la estructura flotante de forma alargada (casco tubular), por medio de dos ‘piernas de acero’ retráctiles, movidas con un sistema hidráulico, que descienden -sumergiendo las turbinas para que giren- o ascienden -sacándolas a la superficie- para efectuar los trabajos de mantenimiento.

La central O2 comenzó a construirse en el segundo semestre de 2019. Fue fabricada y botada a principios de 2021 en la localidad costera escocesa de Dundee, y después remolcada hasta Orkney, siendo la primera turbina comercial de Orbital y la culminación de más de 15 años de desarrollo, según esta firma.


Planta mareomotriz flotante O2, con las turbinas elevadas (Foto: Orbital Marine Power)


Se prevé que la turbina, con un casco de 74 metros de largo y con dos aspas de 10 metros de longitud, que sumadas forman un rotor de 20 metros de diámetro, opere en las aguas de esa localidad durante los próximos 15 años satisfaciendo la demanda anual de electricidad de alrededor de 2.000 hogares del Reino Unido, según OM.


Fuente energética limpia y renobable

“Esperamos que esta fuente de energía limpia, renovable y predecible a partir de aguas que fluyen con rapidez, sea el detonante para el aprovechamiento de las corrientes de marea en todo el mundo y para crear un nuevo sector industrial con bajas emisiones de carbono”, señala Andrew Scott, director ejecutivo (CEO) de OMP.

Con esta planta en marcha, Orbital tiene ahora como siguiente objetivo desplegar más plantas flotantes de varios MW en aguas del Reino Unido, adelantando que los costes de producción de energía mediante este sistema caerán abruptamente a partir de un mayor despliegue de esta tecnología, como sucedió anteriormente con las energías eólica y solar.

La tecnología de esta compañía escocesa ha estado en continuo desarrollo desde que se fundó en 2002, siendo ensayada a distintas escalas, tanto en grandes depósitos de agua como en entornos de mar abierto, asegura la firma.

Las dos góndolas gemelas de generación de energía (las turbinas propiamente dichas) de la O2, barren en conjunto al girar una superficie más de 600 metros cuadrados (m2) del agua que fluye debido a las mareas, capturando su energía mecánica y transformándola en energía eléctrica.

La estructura flotante se mantiene anclada en la estación de pruebas de la EMEC en Fall of Warness, por medio de un sistema de amarre, compuesto por cuatro cadenas, cada una de las cuales tiene una capacidad de resistencia suficiente como para soportar el esfuerzo de levantar más de 50 autobuses de dos pisos británicos, según sus fabricantes.


Un momento del traslado hasta el punto de operaciones de la planta mareomotriz flotante O2. (Foto: Orbital Marine Power)


La central y sus amarres pueden ser instalados costa afuera por embarcaciones de trabajo de bajo costo y después pueden ser atendidas y servidos por lanchas semirrígidas o RIBs.

La electricidad generada se transfiere desde las turbinas a través de un cable dinámico que desciende al lecho marino, conectado a otro cable estático que discurre a lo largo del lecho marino hasta la red eléctrica local en tierra, explica OMP.

La corriente eléctrica generada por la O2 compensa la producción de unas 2.200 toneladas de CO2 por año, señalan.


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