Aunque recordó que las divisiones aún existen con los otros cristianos, instó de nuevo "a trabajar especialmente por aquellos cuya vida es más vulnerable".
Ciudad del Vaticano (EFE).- El Papa Francisco denunció que algunos gobernantes tratan a los migrantes como una amenaza y pidió a los cristianos que muestren que no existe solo hostilidad e indiferencia hacia ellos.
Durante la audiencia general celebrada en el aula Pablo VI en el Vaticano, Francisco aprovechó el pasaje del Evangelio sobre el naufragio de Pablo y su llegada a Malta para volver a referirse a la acogida a la migración en nuestros días.
"En todo el mundo, los hombres y mujeres migrantes enfrentan viajes arriesgado para escapar de la violencia, la guerra, la pobreza. Como Pablo y sus compañeros experimentan la hostilidad del desierto, de los ríos, de los mares", dijo
Y agregó: "y a veces no les dejan desembarcar en los puertos", en una referencia a la política del anterior Gobierno italiano, cuando era ministro del Interior, Matteo Salvini.
"Pero, desafortunadamente, a veces también encuentran una hostilidad mucho peor que la de los hombres. Son explotados por traficantes criminales. Son tratados como números y como una amenaza por algunos gobernantes", señaló.
Francisco exhortó a todos los cristianos - ya que se celebra la semana de oración por la unidad de los cristianos - a "trabajar juntos para mostrar a los migrantes el amor revelado de Dios" y a "testificar que no solo hay hostilidad e indiferencia y que cada persona es preciosa para Dios y amada por Él",