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Lun, Mar

Reajustando relaciones

Editorial
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Las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos se encuentran en una etapa de reajuste tras la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca, situación que quedó de manifiesto en la reciente visita de un enviado especial, quien no fue recibido por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.

El enviado especial de Estados Unidos para el Triángulo Norte de Centroamérica, Ricardo Zúñiga, visitó recientemente a El Salvador y solicitó una reunión con el mandatario y esta no se realizó. No obstante,  las relaciones entre el país centroamericano y Estados Unidos son orgánicas y difíciles de sustituir, principalmente por los 3 millones de salvadoreños que se estima viven en ese país; esto no va a generar un enfriamiento de la relación entre El Salvador y Estados Unidos en el corto plazo ya que ambos países están en una etapa de ajuste y tratando de encontrarse en un marco referencial de la relación.

El Gobierno salvadoreño se mostró cercano a la administración del expresidente Donald Trump y el presidente Bukele mantuvo una relación estrecha con su embajador en territorio salvadoreño, Ronald Johnson.

En el país se ha puesto quizá demasiada atención al hecho de que el presidente no se haya reunido con el enviado especial y quizás se debería leer más el hecho de la separación de sus cargos de diferentes funcionarios de alto nivel en el Gobierno en el contexto de la visita y la proximidad de la publicación de la lista Engel. El pasado 7 de abril, día en que Zúñiga llegó a El Salvador, el presidente anunció el cambio de titular del Ministerio de Agricultura y Ganadería, que se encontraba a cargo de Pablo Anliker, sin que se conozcan los motivos de su salida. Dicho ministerio fue uno de los allanados en 2020 en el marco de una investigación por supuestos indicios de corrupción en el manejo de recursos públicos destinados a atender la pandemia de la Covid-19.

Si funcionarios de Estados Unidos aseguran que se esta ante un narcoestado el caso de El Salvador, es el momento de demostrarlo, puesto que la institucionalidad del país ha evidenciado su debilidad para enfrentarlo. El 24 de marzo pasado, la congresista de EE.UU. Norma Torres calificó a las administraciones de El Salvador, Guatemala y Honduras de ser "narcogobiernos". Torres, quien ha tenido roces con Bukele en redes sociales, publicó esto en su cuenta de Twitter antes de un viaje a la frontera sur de su país para conocer la crisis migratoria que enfrenta Estados Unidos con la llegada de niños no acompañados.

Muchos califican de positivo el espaldarazo que EE.UU. dio a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (Cicies), formada por acuerdo del Gobierno salvadoreño con la Organización de los Estados Americanos (OEA), con la donación de más de dos millones de dólares;  esto se da previo al cambio de Asamblea Legislativa, en la que el oficialismo tendrá 61 de los 84 diputados, el 1 de mayo próximo. En esta nueva legislatura debe elegir al nuevo fiscal general y que es probable que ahí se bloquee la investigación de corrupción del actual Gobierno. Diferentes organizaciones salvadoreñas han pedido a la Asamblea Legislativa que dicte una ley que le otorgue independencia a la Cicies del Ejecutivo, pero recientemente el presidente Bukele manifestó su rechazo a la propuesta.

La comisión de la OEA, que presentó los avisos que dieron pie a las investigaciones de la Fiscalía sobre el manejo de fondos de la pandemia, únicamente puede realizar investigaciones administrativas.



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