La desconocida que podría ser vice presidencia

Editorial
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Después de fracasar en varios intentos por conseguir una compañera de fórmula, el candidato a la presidencia, Rodolfo Hernández encontró su dupla perfecta: Marelen Castillo Torres, una docente e investigadora desconocida en el ámbito público, e ingeniera como él, con la cual está en la disputa de la segunda vuelta presidencial en  nuestro país.

Ya toda Colombia conoce lo que le podría aportar al país Francia Márquez Mina, compañera de fórmula de Gustavo Petro que ha tenido sus aciertos y desaciertos siendo motivo de opiniones personales positivas y negativas. Ahora sale del anonimato, catapultada a la opinión pública de un tajo Castillo Torres, quien solo tuvo una sola oportunidad para que Colombia la conociera, en uno de  los debates presidenciales en televisión.

La última proposición que persiguió Hernández fue fiel a su carácter explosivo y polémico: la periodista Paola Ochoa, controversial por sus opiniones que, aunque en un primer momento pareció aceptar, dio un paso atrás, dando lugar a la pareja perfecta para el candidato.

Afrocolombiana, madre de dos hijos y con una carrera como docente e investigadora, Castillo ha pasado al centro de la política colombiana después de los resultados de la primera vuelta presidencial del pasado domingo, que han puesto al dúo Hernández-Castillo en una segunda vuelta sacudiendo el tablero político colombiano.

En el balotaje, previsto para el 19 de junio, se enfrentarán a Gustavo Petro y su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, de la coalición de izquierdas Pacto Histórico, en un sorpresivo giro de los eventos que abre la puerta a una situación inédita en el país y estrena un escenario lleno de incertidumbre.

A diferencia de Márquez, también afrocolombiana y activista social que ha jugado un rol mucho más activo en la campaña electoral y ha sido una cara mucho más visible en la carrera presidencial, Castillo Torres sigue siendo una desconocida para muchos colombianos.

Nacida en Cali en 1968, creció en una familia de clase media siendo la mayor de cinco hermanas. Su carrera profesional arrancó en 1992, cuando terminó su pregrado y fue profesora durante once años en el Colegio Mayor Santiago de Cali; nunca se desvío del camino académico.

Licenciada en Biología y Química por la Universidad Santiago de Cali, ingeniera industrial por la Universidad Autónoma de Occidente y con una maestría en Administración y Gestión de Empresas, se especializó en el ámbito educativo, algo que la llevó a ocupar distintos cargos de responsabilidad en la católica Universidad Minuto de Dios, Uniminuto.

Castillo y el ingeniero no se conocían, pero su currículum llegó hasta la mesa del exalcalde de Bucaramanga de la mano del exrector de la Uniminuto, Alonso Ortiz Serrano, primo de un amigo personal del candidato y amigo de la académica caleña. Cuestionada en los últimos meses por su falta de experiencia en la vida pública, Castillo explicó en varias ocasiones que aceptó el salto a la política de la mano de Hernández porque política y educación tienen el mismo propósito: servir a la ciudadanía.

Tras la última negativa que recibió Hernández para emprender el camino hacia la Presidencia del país, Castillo se convirtió en la candidata perfecta, y lo ha sido en las últimas semanas, adoptando el estilo de hacer campaña del candidato: pocas apariciones en plazas públicas o debates.

Castillo es la balanza en la carrera presidencial del ingeniero de Bucaramanga: con un carácter y personalidad más templado, sin las excentricidades y salidas de tono propios de la idiosincrasia de Hernández, ha sabido mantener el discurso de luchar contra la corrupción y sacar del poder a los gobernantes de la vieja política colombiana.

También se ha unido al estilo "rodolfista" de hacer campaña en las regiones, que ha sido parte de su éxito, y de no participar en eventos multitudinarios como han protagonizado sus rivales políticos; sí ha asistido a algunos debates, una opción a la que el ingeniero se ha resistido.

Castillo arrancó desde el lunes una nueva etapa en el ciclo electoral colombiano, el "sprint" final en el que ambos candidatos tendrán que definir su estrategia para llegar a la Casa de Nariño y Hernández deberá decidir el rol que en estos 20 días tendrá su compañera de fórmula vicepresidencial.