La jugada de Lasso

Editorial
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Después de la jugada del presidente del Ecuador, Guillermo Lasso,   de clausurar el Congreso de ese país, en medio de un juicio político, una relativa calma vive Ecuador, que también envuelve a la Asamblea Nacional o Parlamento, que ahora espera la convocatoria a elecciones generales anticipadas.

Mientras el presidente Lasso está protegido por la Constitución Política de su país   y el Ejército ecuatoriano, que custodia los edificios emblemáticos de la democracia ecuatoriana, las actividades públicas y privadas, así como las educativas y financieras, se desarrollan normalmente, lo que indica que no hay choque con la ciudadanía y con los gremios sociales, económicos, culturales, y educativos del país, en medio de la incertidumbre, siguen trabajando brindando estabilidad a la Nación.

Ayer jueves, la Policía permitió el acceso de personal administrativo de la Asamblea Nacional para retirar sus pertenencias, mientras que se prevé que lo propio podrán hacer los exlegisladores desde el lunes venidero, indicando que se acogen a lo dictado por el presidente Lasso, que antes de ser enjuiciado, prefirió tomar otro camino democrático.

Sin embargo, Ecuador siguen en la normalidad; el sistema de transporte local, provincial y nacional funciona con total normalidad, e incluso se mantiene la restricción de circulación en la capital de automóviles dependiendo del número final de la placa, como de costumbre. Los aeropuertos, hospitales y otras casas de salud, así como los servicios públicos también funcionaban con absoluta normalidad en las primeras horas de este jueves.

Lasso recurrió el miércoles en medio de un juicio político en su contra a la herramienta constitucional de la "muerte cruzada", por la que disolvió el Parlamento, de mayoría opositora, y adelantó las elecciones generales.

Cuando estaba a punto de llegar al ecuador de mandato presidencial, Lasso, que fue elegido presidente en las elecciones de 2021, decidió no esperar al resultado de la votación de la moción de censura, que se llevaría a cabo en la Asamblea, promovida por la oposición, que tiene al correísmo como primera fuerza, y que lo acusa de un supuesto delito de peculado.

De esta forma, Lasso sacrificó la segunda mitad de su mandato a cambio de evitar una posible destitución bajo una acusación de corrupción en unos contratos de transporte marítimo de petróleo con condiciones supuestamente perjudiciales para el Estado, como según sostiene la oposición, y que el gobernante rechaza.

Para aplicar la "muerte cruzada", Lasso adujo grave crisis política y conmoción interna. Ante eso el Ecuador tiene la necesidad de un nuevo pacto político y social que le permita salir de la grave crisis política en la que se encuentra y que, lamentablemente, cada día se profundiza. Lasso culpó a la oposición de entorpecer desde el inicio de su mandato la gobernabilidad del país, sumido en una crisis de inseguridad por parte del crimen organizado, y haber querido sacarle del poder en cuatro ocasiones.

Las nuevas elecciones se celebrarán en un plazo de 90 días, según anticipó la presidenta del CNE, Diana Atamaint, y las autoridades elegidas completarán el periodo 2021-2025, con posibilidad de que Lasso se presente a la reelección, aunque aún no ha anunciado nada al respecto.

Mientras se surte todo este trámite legislativo, Ecuador tendrá calma en la medida en que el Ejecutivo y el Ejercito, actúen en democracia, para no afectar a los ciudadanos, que ahora deben pensar en quien debe dirigir los destinos de este país.