Ilusión desvanecida

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Wilfrido De la Hoz De la Hoz

Wilfrido De la Hoz De la Hoz

Columna: Opinión

e-mail: wilfridodelahoz@gmail.com


Muchos colombianos reconocen que el llamado proceso de paz publicitado por el Presidente y sus aliados tiene un nicho noticioso que traspasa las fronteras nacionales; aunque muchos otros tienen una percepción objetiva de que esa denominación es muy ligera; no contiene un profundo sentido de los lineamientos democráticos universales y menos colombianos. 
Todos los colombianos, sin excepción, sabemos más que miembros de las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo y otras organizaciones que han oído desde lejos; la manera como fue elegido y, sobretodo reelegido el Presidente para conducir este proceso.

También sabemos que en Colombia hay un gobierno electoreramente democrático, pero socialmente cuestionado en lo profundo de sus decisiones extrademocráticas, especialmente por las conceptualizaciones confusas de justicia, equidad y empoderamiento constitucional.

 Los colombianos no dudan que desde el primer período del actual Presidente, éste ya tenía una agenda asociada con los grupos guerrilleros, actualizada subrepticiamente por los grupos focales, coordinados por quienes ahora se precian de reformadores de nuestro sistema democrático. Durante este proceso y aún en el llamado posconflicto se mantienen los grupos focales coordinados por los más feroces contradictores del anterior Presidente. 

Estos grupos focales constituidos por un número pequeño de miembros, exquisitamente seleccionados por el Jefe de Estado para generar información que permitiera hacerle creer al pueblo, que Colombia estuvo en guerra contra Colombia durante 53 años; se impusiera el concepto jurídico de conflicto armado, y por lo tanto fuese necesario llevar a cabo un proceso de paz.

 No se necesita investigar mucho para saber que los principales coordinadores del grupo focal inicial son Enrique Santos en representación de la República de Colombia y Timoleón Gómez en representación de la República de las Farc. Otros coordinadores visibles son Humberto De la Calle, Sergio Jaramillo gobiernos de Cuba, Venezuela, Noruega, Chile y otros.

Todos ellos redactaron o copiaron el documento que sirvió como informe final para el acuerdo con el cual las Farc comenzaron a gobernar la otra Colombia que aún no habían sometido a lo que ellos han denominado sistema socialista, pero el Presidente de la otra Colombia ha llamado “Todos por un nuevo país”. 

Todos ellos sabían que los grupos focales son una herramienta de gran utilidad para obtener datos con un nivel de profundidad que no se puede obtener por otras técnicas o metodologías de investigación social, como las encuestas, aunque éstas puedan someterse a mecanismos de ajuste, tales como factores de correlación. 

Pero lo que mantiene atónitos a muchos colombianos es que el gobierno actual sea tan obstinado en desconocer el riesgo para la democracia que contienen algunos puntos de los acuerdos con las Farc que conducirán inevitablemente a la toma del poder por estos, sobretodo porque ellos mismos lo han dicho. Además desde el texto del informe final se puede comprender que todo lo intentado es parte de la estrategia conocida como combinación de las formas de lucha para tomarse el poder. 

En el contexto nacional se ha tapizado el acuerdo de paz con pinceladas sensibleras momentáneas, con una envolvente sociopolítica mentirosa porque opaca o no deja mostrar con claridad que en un futuro de mediano plazo Colombia será un país invivible y más fallido que Venezuela debido a la idiosincrasia propia de nuestro pueblo. Entonces vendrán los ayes y veremos la ilusión desvanecida.