El paro 2021

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Javier Lastra Fuscaldo

Javier Lastra Fuscaldo

Columna: Opinión

e-mail: agenteespecial@electricaribe.com


Pasan los días y las manifestaciones no cesan. La protesta social ha sido la principal protagonista en el escenario político del país, pero, después de más de 40 días, empieza la fatiga de los colombianos y el desgaste de sus promotores. ¿Qué viene ahora?

Como aspectos positivos hay que resaltar el liderazgo de jóvenes, maestros, estudiantes, campesinos, ciudadanos de múltiples oficios quienes no les bastó con salir a las calles a protestar, sino organizarse, a tal punto de convertirse en una especie de instancia que puso al gobierno entero a tomar medidas que sacudieron al país y la institucionalidad, en un principio positivas, pero con el tiempo se ha venido marchitando su eficacia y conveniencia. 

Todo empezó con el retiro del proyecto de reforma tributaria, seguido por la caída del ministro Carrasquilla y luego empezaron a rodar cabezas en los ministerios y sentaron al gobierno en una mesa que no discutía, sino que según sus promotores negociaba un mal llamado pliego de peticiones que, en realidad, es como un coctel de iniciativas que van entre temas puntuales como exigencia de ayudas económicas hasta reformas estructurales a la salud, la educación y el sector agrario entre otros.

El paro desde el 28 de abril y en los primeros días tuvo una aceptación en la opinión pública, gracias a la indignación contra la iniciativa de reforma tributaria del gobierno que afectaba directamente los bolsillos de la clase media y vulnerable, pero también porque arrastraba ese malestar que quedó hirviendo desde las manifestaciones de noviembre de 2019.

Semejante esfuerzo sin que hasta hoy se haya logrado la conquista de ningún punto del famoso pliego de peticiones del comité del paro. El desgaste no solo es atribuible a ese forcejeo inane entre gobierno y promotores, sino al sin sabor que dejan las evidencias como las de Nelson Alarcón vocero de la Federación Colombiana de Educadores Fecode de tener una intención electoral con miras a derrotar al partido de gobierno Centro Democrático.

Hechos como ese hacen que el ciudadano de a pie, quien guarda la esperanza e ilusión de recibir beneficios gracias a la valentía de quienes movilizan masas en pro de reivindicaciones sociales, se frustre por la sensación de que todo es más de lo mismo, aspiraciones colectivas o personales, pero desafortunadamente amparadas en el malestar de millones de ciudadanos que esperan un verdadero cambio en la democracia y política colombiana.

La pandemia en el 2020 y en el transcurso de este año ha hecho estragos en la economía la cual ya venía mostrando un resentimiento en las tasas de desempleo y desigualdad, sin embargo, los bloqueos a la movilización también hacen mella. Según la ANDI el 84% de las empresas han sido afectadas por bloqueos y el 75.6% disminuyó la producción.

El país adolece de tantos males que no conviene tomar medicinas sin recetarios de especialistas. Esas decisiones acaloradas no necesariamente son buenas. Difícil pretender que en lo que resta de este gobierno se acaben los problemas estructurales del país.

Es necesario que el gobierno adopte las decisiones de coyuntura y deje sentadas las bases para que sin demagogia el gobierno del 2022 con su capital político fresco empiece una cruzada para recomponer la economía.

Los problemas del país son de tal magnitud que no se resuelven en un comité sino con todos los poderes del Estado. Importante que elijamos bien y a conciencia, quizá una buena decisión en las urnas nos evite salir a marchar.