El ego humano…raíz de todos nuestros problemas…

Columnas de Opinión
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Por: Oscar Alejandro Perez Palomino

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@Oalejandro

Además, se configura como el paradigma distintivo de la persona fragmentada. En efecto, como el paradigma de “la persona completa”, conforme a lo establecido por Stephen Covey, en su libro el “8° Hábito”, consiste en desarrollar equilibradamente las cuatro dimensiones constitutivas del ser humano Cuerpo, Mente, Corazón y Espíritu, nos detendremos en la dimensión espiritual, cuya manifestación más elevada para el desarrollo y cuidado es “tomar decisiones a conciencia” y el software cultural para su descuido y justificación es el “ego”.

El ego es la manifestación más baja del espíritu, y de conformidad con lo expresado por el sacerdote escolapio Juan Jaime Escobar, en su evangelización “enseñanza sobre el ego”, éste tiene seis (6) características: 1. Percibe a los demás como una amenaza; 2. Compite, quiere quedar por delante de los demás…(por) eso toda la publicidad está montada sobre la envidia, porque la envidia funciona…vea lo que el otro tiene, usted que está esperando pa’ tenerlo; 3. Es cruel, dice frases crueles, se burla de los demás, no siente piedad; 4. Se defiende…el ego no agacha la cabeza…el ego pelea por sí mismo, y está lleno sí mismo; 5. Engorda… tenemos cosas, no porque las necesitamos, sino porque esas cosas nos adornan, porque las cosas que tenemos hablan de quienes somos nosotros y nos dan prestigio; 6. Busca reconocimiento; (por todo ello)…el ego es el monstruo que llevamos dentro”.

En ese mismo orden de ideas Covey señala que “el ego es tirano, déspota, dictador…se centra en la propia supervivencia, en el propio placer y en la propia mejora sin tener en cuenta a los demás: su ambición es egoísta”, su radio de influencia puede abarcar hasta la familia, por lo cual ésta también se ha convertido en un “santuario de egoísmo”, según lo manifestado por el Padre Juan Jaime.

En cambio, continúa afirmando Covey “la conciencia democratiza y eleva el ego hasta un sentido más grande del grupo, del todo, de la comunidad, del bien mayor. Contempla la vida en función del servicio y de la contribución, en función de la seguridad y la realización de los demás”. ¿Cómo hacer, entonces, para elevar el nivel de espiritualidad?

En términos del presbítero Juan Jaime Escobar para elevar el espíritu en postración…hay que “levantar la mente y abrirla al conocimiento de lo infinito y lo eterno…y para levantar el alma hay que entrar en los sentimientos del adviento…esperar a vivir la humanidad con la sencillez del niño…a vivir como él nos enseñó…una vida en que nuestro amor se note en los pensamientos que pensamos, en las acciones que hacemos, en las palabras que decimos, en la manera como nos comprometemos...una gran dificultad que tenemos nosotros los cristianos es que mientras nuestra religiosidad va por un lado, muy creyenticos muy piadositos, con mucha oracioncita…pero nuestra vida cotidiana deja mucho que desear…ahí está el enfado, la pelea, la envidia, la ingratitud, el egoísmo, la apariencia, la vanidad, la tacañería, la codicia, la lujuria, la mentira, el robo, la violencia, todo ese despelote…eso si las ideítas muy bonitas por acá funcionando…pero después la vida real muy desbaratada”.

En consecuencia, como el ego es individualista e independiente, y la conciencia es colectiva e interdependiente…así como también el universo todo, tanto el macro cosmos, como el microcosmos y el mesocosmos, los cuales funcionan con base al principio de interdependencia, es precisamente por ello que, el ego no logra armonizarse con la interdependencia, el entorno y la totalidad del sistema, y, por tanto, genera desajustes y contaminación en los ecosistemas humanos, bien sea la familia, la escuela, la empresa, la sociedad o el planeta.