Migración y escasez

Editorial
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Hay una relación directa entre la escasez de alimentos y los movimientos de personas que huyen a lugares más seguros, según un nuevo estudio del Programa Mundial de Alimentos que cuantificó el impacto de la inseguridad alimentaria y los conflictos en las migraciones transfronterizas.

Por cada aumento de un punto porcentual en la inseguridad alimentaria, sube en un 1,9% el número de personas que quieren emigrar; además, cada año de conflicto hace que un 0,4% de personas más quiera abandonar un país.

Al mismo tiempo, la inseguridad alimentaria contribuye al conflicto armado y su intensidad. Y para completar el círculo vicioso, la propia migración puede provocar inseguridad alimentaria, dados los costes y las condiciones a menudo peligrosas durante el viaje.

Con tanta que han abandonado sus hogares y afrontan tantas penurias, es deber de la comunidad internacional arrojar luz sobre esta trágica situación.

De acuerdo con las Naciones Unidas la población mundial aumentará en un 72 por ciento entre 1995 y el año 2050. Es de esperar que, para entonces, se haya reducido el déficit alimentario, haya aumentado el consumo de alimentos per cápita en los países que padecen escasez y se hayan diversificado los regímenes alimenticios de las poblaciones, con la consiguiente eliminación de las deficiencias específicas. Todos estos cambios tendrán un gran peso en los sistemas de producción de alimentos, en los recursos naturales y en el medioambiente.

Pero no nos hemos acercado al 2050, y los problemas no van en camino de solución; al contrario, se agravan ante la poca atención que le ponen las autoridades mundiales a un tema tan delicado y difícil. El principal problema que se plantea es si el aumento necesario de la producción de alimentos y los recursos naturales disponibles será suficiente para hacer frente a este crecimiento demográfico de forma sostenible hasta el año 2050, fecha en la que se prevé una estabilización de la población mundial. La distribución de los recursos naturales necesarios para la producción agrícola no se corresponde con la distribución geográfica de la población, y las corrientes migratorias no compensan necesariamente esta diferencia de distribución, que provoca aun más dificultades.

Este problema se plantea a nivel local, nacional, regional e internacional y las causas de la migración como motivo social se deben a causas variadas. Ocurre en los humanos pero también en especies animales. Motiva esa necesidad instintos tanto de conservación, como de superación. Hay dos partes implicadas, el propio emigrante y las poblaciones y países que los reciben. Como cualquier trato humano la buena acogida dependerá del talante del acogido y de las circunstancias del país que lo acoge. Pero la migración no solo debe entenderse entre países puesto que en un mismo país y por la riqueza que se deriva de sus regiones podrá haber un movimiento migratorio.