Durante los debates que asistí en la comisión V del Senado tuve la oportunidad en sendas ocasiones de escuchar a la Ministra Cecilia López Montaño expresar la necesidad de transformar la Ganadería extensiva, de Pas ( Pasto, Agua y Sal), desarrollada durante años en los campos de Colombia en más de 633.841 predios rurales, generadores de más de 1.100.000, empleos directos permanentes, que han permitido acceder a mercados estrictos en sostenibilidad ambiental a través del sello “Colombia Beef-Grass Fed-CO”, instrumento soporte de penetración en los negocios exigentes en materia ambiental como el Reino Árabe, donde a pesar de no tener la calidad de ternez y marmóreo de las carnes Bos Taurus han abierto sus mercados a nuestras carnes de praderas en pasturas naturales.
Los conceptos de Ganadería Intensiva va de la mano del confinamiento o estabulado (feedlots), y su variante de semi confinamiento o de media pensión, estos conceptos chocan frontalmente con la ganadería a “Pas”; “El estabulado busca minimizar el tiempo y espacio, mejorando la productividad del sector pecuario utilizando como base una dieta predeterminada de subproductos industriales y agropecuarios”, pasando de una media de dos a seis reses hectárea año a sostener en igual área hasta 30 reses de ceba hectárea año. Así mismo debemos anotar que dada la dieta artificial a la cual se exponen las reses se producen resultados ambientales contrarios a los principios de sostenibilidad que hoy exigen los mercados, más aún ante la marcada estigmatización a la cual se viene sometiendo el negocio de la carne entre nosotros, al haber un cambio en su dieta natural la Res produce mucho más gases de efecto invernadero que una dieta en praderas naturales, igualmente es de anotar que las áreas dedicadas al confinamiento de bovinos requieren de devastación de la vegetación natural que cumple la función de capturar los G.E.I.; si bien la rentabilidad económica por carga en unidad de tierra ocupada lo puede hacer atractivo, los resultados en calidad de carnes no son comparables con los ganados levantados y cebados a PAS en praderas naturales, si bien al estar sometidos a dieta con base en granos industriales y heno que permiten rendimientos superiores a 1.030 gramos día mucho más a la media lograda en ganaderías de pradera, P.A.S., de 500 gramos día año. Los costos de la implementación requieren gran inversión que no está al alcance del 95% de pequeños y medianos ganaderos de Colombia .
Entre nosotros ha tomado inusitada fuerza dos tendencias “Los Sistemas Silvopastoriles, modalidad de Agroforestería en la que se combinan en el mismo espacio plantas forrajeras como gramíneas y leguminosas rastreras con arbustos y árboles destinados a la alimentación animal”, permitiendo cargas por hectárea de hasta 6 reses promedio año con todas las exigentes adecuaciones que se requieren en todos los aspectos, las calidades de carnes y leche cumplen con los estándares de la ganadería a PAS, adicional a la mayor captura de GEI, “pueden hacer cinco veces más productiva una hectárea de terreno y liberar mucho más espacio para otras labores agrícolas que no sólo permiten recuperar los suelos, sino proteger los ecosistemas y la biodiversidad”.
La combinación de pastos con sistemas arbóreos produce reducciones de temperatura entre 2 y 9 grados, lo que aumenta la salud de los bovinos y la producción de carne y leche por ejemplar. Los ingresos, promedio, por hectárea de silvopastoreo es de 808 dólares y la productividad de los suelos se incrementa en más de 200 por ciento respecto de predios al aire libre”; al igual que el estabulado requiere de gran inversión económica y tiempo para su implementación, estabilización e implantación que no están al alcance de los pequeños ganaderos en Colombia.
El menú de lo complementa la Ganadería Regenerativa, “sistema de producción agroforestal articulado con las dinámicas de la naturaleza que mediante prácticas de manejo, incrementa la productividad y reduce los costos de producción, promoviendo un mayor retorno sobre la inversión. También mejora la calidad de vida para los productores y sus colaboradores y permite obtener alimentos saludables y limpios para los consumidores. En Colombia hay hoy 197 Fincas, 22 406 hectáreas, 14 691 hectáreas en Conservación”.
El anterior es el menú de opciones para el impulso que requiere la Ganadería en Colombia, con ellos seguramente lograremos aumentar sustancialmente el hato nacional para una mayor participación en los mercados globales mejorando en bienestar animal que llevara a liberar áreas que hoy podrían dedicarse a la agricultura en la producción de alimentos ofreciendo mayor Seguridad Alimentaria que nos conducirá a la reducción del hambre.