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Vie, Nov

Columnas de Opinión

Hace unos días enviamos al Secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, una misiva en la que le pedíamos reconsiderar el apoyo que le daba el Consejo de Seguridad de la ONU al acuerdo de La Habana.

Un dato curioso: más del 95 % de los profesionales colombianos afirman conocer al menos una herramienta de inteligencia artificial, pero menos de uno de cada diez ha recibido capacitación corporativa formal al respecto.   Ese gap nos habla de una brecha crítica para las organizaciones: mientras la tecnología avanza, la cultura corporativa y la comunicación empresarial deben ponerse al día.    En ese contexto, el mundo empresarial está viviendo un momento de inflexión donde la adopción de IA, la transparencia y la responsabilidad se convierten en bandera estratégica y no solo en una moda tecnológica.   Al fin y al cabo, cuando la regulación, el mercado y la reputación convergen, la empresa que actúe primero tendrá ventaja competitiva.

Cambia uno el canal del televisor, para dejar de ver y oír defensas absurdas e irrespetuosas de la verdad respecto de los perpetradores de la toma del Palacio de Justicia en 1985, cuyo repudio general se conmemora por estos días, y se encuentra con cuestiones violentas que le hacen juego. Dirán los más supersticiosos que todo tuvo que ver con la celebración de Halloween. El viernes 31, un individuo tal vez borracho atropella y mata a dos padres de familia (mamá y papá) que iban en sendas motocicletas hacia su trabajo, temprano en la mañana, después de haber dejado a su hijo en casa; solidariamente, la comunidad intentó retener al presunto alcoholizado y a sus acompañantes, otro matrimonio. El conductor, al parecer uno elegido, se fugó y nadie sabe nada.

Cuando hablamos de conflictos internacionales, solemos imaginar ejércitos, fronteras en disputa o negociaciones tensas entre mandatarios.  Pero más allá de las cámaras y los titulares, hay una guerra más discreta, casi silenciosa, que está definiendo el nuevo orden mundial: la lucha por los recursos naturales estratégicos.

En tiempos de incertidumbre institucional no es infrecuente que la ciudadanía en general se pregunte, angustiada, si será que se volverá a estadios evolutivos como sociedad en los que la que se impone es la voluntad de un reducido grupo de personas que previamente han logrado hacerse formal y materialmente con el dominio de las entidades públicas decisoras de la vida social. Así, no es nada raro que la gente se preocupe actualmente por lo que va a pasar en un país en el que, del presidente de la República para abajo, a diario se golpea, manipula, tergiversa y a veces francamente se ignora al Estado de derecho. En la historia de Colombia ha habido momentos de zozobra, claro, pero ella siempre ha provenido de los enemigos de la sociedad, no del Gobierno mismo.

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