Diplomacia intermitente

Editorial
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La escala de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en Madrid,  y su encuentro con el ministro español de Transporte, José Luis Ábalos, ha desatado una fuerte polémica política en España que ha alcanzado diferentes cancillerías de todo el mundo; a favor o en contra, ha habido muchas opiniones salvo una determinante: el Gobierno de Nicolás Maduro que guarda silencio.
La escala de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en Madrid,  y su encuentro con el ministro español de Transporte, José Luis Ábalos, ha desatado una fuerte polémica política en España que ha alcanzado diferentes cancillerías de todo el mundo; a favor o en contra, ha habido muchas opiniones salvo una determinante: el Gobierno de Nicolás Maduro que guarda silencio.La oposición española, líderes de países amigos de unos y de otros; defensores y detractores de un hecho interesado para algunos o diplomático para otros, han criticado y loado ese momento que nadie vio pero del que todo el mundo sabe. Todos menos el Ejecutivo venezolano, que, pese a las reiteradas consultas de Efe, ha considerado oportuno no emitir opinión alguna.Por si fuera poco, todo ha coincidió con una visita a Europa de Juan Guaidó, a quien España y medio centenar de países más reconocen como presidente interino de Venezuela, lo que ha caldeado todavía más el ambiente Estos desencuentros forman parte de unas relaciones intermitentes entre Venezuela y España. Los vínculos comerciales que existen entre Venezuela y España son muy estrechos; tanto es así, que España es el segundo mayor inversor en el país tras Países Bajos. Todo eso hizo que la relación entre Venezuela y España en tiempos del expresidente del Gobierno Mariano Rajoy se manejara con muchísima cautela porque había que fijar posición pese a las diferencias políticas. Esa es una de las razones que obliga al Gobierno español a tener una relación de amor-odio con la Administración de Nicolás Maduro porque no solamente se trata de mantener las inversiones, sino de sostener los negocios de los inversionistas españoles.El pasado 4 de febrero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo público el reconocimiento oficial de España a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, una decisión que abrió una nueva era en las relaciones entre ambos países. La reacción no se hizo esperar y Maduro personificó en Sánchez el reconocimiento a Guaidó no solo de España sino de la Unión Europea, UE, además de varios de sus países miembros como Alemania, Francia o Portugal. Muchos consideran que es una gran contradicción porque España, como la mayoría de los países de la UE, no ha reconocido a Maduro como presidente pero mantienen su representación diplomática.Antes de eso, el momento más tenso en la relación entre ambos países se vivió en enero de 2018, cuando el Gobierno de Maduro declaró persona no grata al embajador español en Caracas, Jesús Silva, y le expulsó del país. España tomó, en respuesta, la misma decisión; en abril de ese mismo año, los dos países retomaron relaciones y Silva retornó a Caracas, con lo que pusieron punto final a esa disputa. Su rol en la vida venezolana cobró especial valor tras el 30 de abril cuando Guaidó lideró junto al líder opositor Leopoldo López un fallido y efímero levantamiento militar. López, hasta entonces bajo arresto domiciliario, fue recibido como huésped en la residencia del embajador de España y allí permanece desde entonces.El también expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero es, sin duda, el que mejores y más frecuentes relaciones ha tenido con los ejecutivos de Chávez y Maduro. Desde su estatus como expresidente, Zapatero intentó sin éxito intermediar entre Gobierno y oposición. Tras varios encuentros, terminó siendo rechazado por los contrarios al chavismo.El nuevo Gobierno español, el primero de coalición desde el retorno de la democracia al país, ha animado las especulaciones sobre alguna sintonía especial entre los miembros del Ejecutivo de Madrid que pertenecen a la coalición Unidas Podemos, izquierda.En este momento, con el actual gobierno español con Unidas Podemos participando de manera protagonista, el asunto cambia de manera brutal; entretanto, luego de una semana de enredo, el Gobierno de Caracas no ha valorado el encuentro de Delcy Rodríguez y José Luis Ábalos en el aeropuerto internacional Madrid-Barajas ‘Adolfo Suárez’.