Por mejores políticas y mejores vidas

Editorial
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Con la finalidad de vislumbrar un mejor futuro y lograr una reactivación, no para volver a como estábamos antes, Colombia sigue en la vanguardia de ser uno de los primeros países en asegurar mejores condiciones, para enfrentar la nueva normalidad con más y mejores herramientas.   

El gobierno Duque firmó una nueva agenda para trabajar conjuntamente con la Ocde, para buscar mejores políticas para asegurar una calidad de vida buena, tal como se lo merecen todos los colombianos.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, es un organismo de cooperación internacional, compuesto por 37 estados cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La Ocde fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette en París, Francia. 

En la Ocde, los representantes de los países miembros se reúnen para intercambiar información y armonizar políticas con el objetivo de maximizar su crecimiento económico y colaborar a su desarrollo y al de los países no miembros.

Conocida como «club de los países ricos», a partir de 2017, sus países miembros comprendieron colectivamente el 62,2 % del PIB nominal global, US$49,6 billones y el 42,8 % del PIB global (Int US$54,2 billones).  La Ocde es la sucesora de la Organización Europea para la Cooperación Económica, Oece, resultado del Plan Marshall y de la Conferencia de los Dieciséis, Conferencia de Cooperación Económica Europea, que existió entre 1948 y 1960 y que fue liderada por el francés Robert Marjolin y su objetivo es el establecimiento de una organización permanente encargada, en primer lugar, de garantizar la puesta en marcha de un programa de recuperación conjunta, el Plan Marshall y, en particular, de supervisar la distribución de la ayuda.

El documento suscrito con la Ocde, facilita el acompañamiento del organismo en la agenda de reactivación y significa una diferencia fundamental para las nuevas generaciones de colombianos; esta carta de intención, sirve para el impulso a la recuperación del país, ya que las políticas públicas del país deben armonizar con las mejores prácticas internacionales.

Colombia llega en estos 60 años como miembro de la Organización y con este acuerdo que firmó, espera que esta agenda de reactivación segura, incluyente y limpia, marque una diferencia histórica para las nuevas generaciones de colombianos.

Vale la pena aclarar que esta no es una declaración de buenas intenciones, es un camino a la acción después de estos duros meses de pandemia en donde el país logró duplicar el número de unidades de cuidados intensivo a cerca de 11 mil y que mediante un proceso gradual el 95% por ciento de la economía está en funcionamiento, a la par que el 92% de los afectados por la Covid-19 está recuperado.

El nuevo ‘Compromiso por Colombia’, lanzado en julio, es una invitación clara y genuina para lograr inversiones cercanas a los 59 mil millones de dólares y que tengan como norte generar cerca de 2 millones de puestos de trabajo, debido a que el presupuesto para el año 2021 tiene aumentos históricos en áreas como la salud, la educación, la cultura, el deporte, el medio ambiente, el agua y el saneamiento y las vías terciarias.

La reactivación debe ser incluyente, que elimine brechas y barreras salariales entre hombres y mujeres y que también convoque a las micro, pequeñas y medianas empresas para la generación de puestos dignos de trabajo; además debe ser sostenible y limpia, ya que Colombia se fijó las metas de reducir en 51 por ciento sus emisiones de gases efecto invernadero, al 2030, y de ser un país carbono neutral para el 2050.

Colombia tiene ahora fijada su meta en una ambiciosa transición energética donde pasará del 0,2% de la matriz que se tenía en el año 2018, en energías renovables no convencionales hasta más del 14% en el año 2022; esta reactivación también tiene que ser digital y en este campo hay que destacar que hay 17 proyectos de inclusión y desarrollo digital que tienen este compromiso.

A la vez hay que lograr un sistema regulatorio cada vez más ágil, más proinversión, más procompetencia, y con una visión de integración donde se debe aumentar el comercio intrarregional y el comercio con el resto del mundo.