La visibilidad para la microempresa

Editorial
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Después del reporte exitoso del crecimiento de la economía colombiana en los seis primeros meses del año, en plena presidencia de Iván Duque, ahora se espera que la economía popular, la democratización del crédito y la reforma agraria, aristas que perfilarán los próximos cuatro años del gobierno Petro, se puedan vislumbrar para fortalecer la microempresa con una mayor visibilización y oportunidades de crecimiento a partir de alianzas público privadas.

Se ha puesto en evidencia que el Gobierno de Petro tiene una apuesta realmente en la microempresa, arrancando desde la economía popular, pero también sumando hacia emprendimientos más consolidados, como los que pueden ofrecer las alianzas público privada que son modelo de contrato estatal, mediante el cual el capital privado es vinculado y empleado para la provisión de servicios y bienes públicos; en este sentido se considera que las principales ventajas son la optimización de los recursos públicos y la garantía de entregarle a la comunidad obras con calidad.

Este nuevo ciclo para el país se perfila mayor visibilización para las empresas micro, que deben comenzar a ser vistas en los mercados laborales; sino están mapeadas en el radar con políticas claras, programas específicos y recursos realmente destinados para ella, hacer este ejercicio de transformación va a costar mucho.

La economía popular, que surge cuando los sectores excluidos del mercado laboral crean su propio trabajo y en algunos casos también crean sus propios circuitos de comercialización, como ferias o venta ambulante, no se trata de casos aislados, sino de un fenómeno que está presente en todos los países del mundo y abarca a una gran parte de la población. Si bien es producto de la exclusión que genera el desarrollo actual del capitalismo, la economía popular no está completamente separada de la economía global de mercado; los puntos de conexión son múltiples, tanto al nivel de la producción como del consumo, mas cuando este tipo de economía pone sus ojos en sectores excluidos del mercado laboral, entre ellos trabajadores por cuenta propia y en la informalidad, que hacen énfasis en los microempresarios y en la mujer campesina, entre otros.

Este es un momento para impulsar el tejido empresarial; el país necesita micro, pequeñas y medianas empresas, mipymes, pero que puedan crecer, aprovechando la coyuntura del repunte de la economía nacional,  para jalonar y cubrir sectores que deben ser visibilizados y activados. Ahora, el reto es cómo ayudarlos  a crecer, condiciones necesarias para que se puedan formalizar y hacer parte del sector en forma legal y participativa.

Los microempresarios son unos héroes, porque más que empresas, representan para el país más riqueza debido a la estabilización de la generación del empleo, generación de ingresos y conocimiento en donde hay que fortalecer la base empresarial pero ni lo público puede solo, ni lo privado tampoco,  porque los retos del país son muy grandes.

La voluntad política de trabajar con los microempresarios y la base empresarial ya potencia lo que se puede hacer entre todos, juntando capacidad, conocimiento y herramientas, para echar andar el sector económico informal, que de una u otra forma, hacen parte importante de la fuerza laboral del país. 

La disposición en el sector privado de trabajar existe, como también  la voluntad de articularse con el gobierno nacional y la economía informal para aprovechar la oportunidad de construir una política mucho más amigable y cercana con el crecimiento empresarial.

Todas las iniciativas para incentivar y democratizar los  créditos, son bienvenidas en un país como Colombia, para que los más  pequeños logren acceder a servicios financieros y permitan combatir préstamos ilegales como el "gota a gota". Tiene que ser una medida clave, para ir interactuando,  trabajando fuertemente en ese frente con el crédito digital, con la opción para dar respuestas inmediatas.

Es importante potencializar los colectivos y asociaciones agrarias que han sumado al progreso del campo ya que el 30 % de los emprendedores están en el campo,  exigiendo un músculo adicional; todo esto debe estar cimentado en la importancia de la conectividad, para que el campesino pueda tener acceso a un crédito digital. El internet en las zonas rurales es clave, sin conectividad, muchas cosas no se posibilitan.

Hay otros factores que también inciden en la economía y que deben ser tenidos en cuenta, como son los conversatorios sobre marketing digital, buenas prácticas ambientales y desarrollo empresarial, propicios para desarrollar muestras comerciales con empresarios en la que compradores de grandes superficies pueden intercambiar productos con microempresarios. Estas ferias se convierten en un ejercicio de qué están hechas las micros y su potencia; se hacen visibles para que las conozcan y les abran las puertas.