La reapertura

Editorial
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Mientras el presidente Gustavo Petro, hacía su intervención el martes, en la intervención en la 76 Asamblea General de las Nacionales Unidas, en donde pidió acabar la "irracional" guerra contra las drogas que, además, según dijo, está destruyendo la selva amazónica y haciéndole daño al país, se conocía que él asistirá a la reapertura de la frontera con Venezuela, el próximo lunes 26 de septiembre.

Aunque todavía no sabe si se reunirá con su homólogo Nicolás Maduro, Gustavo Petro ya conformó su presencia en  dicho evento, que genera toda clase de circunstancias nacidas de la misma  naturaleza del evento, ya que vale la pena recordar, fue Venezuela quien cerró el paso fronterizo para evitar que llegará a ese país la ayuda humanitaria, que Colombia y el mundo, habían enviado a los venezolanos que atraviesan una difícil situación económica, política y social.

Cumpliendo con sus promesas electorales, Petro ya entregó al gobierno venezolano, la empresa Monómeros, empresa  petroquímica con sede en el puerto de Barranquilla. Monómeros es la empresa líder en Colombia que provee productos químicos básicos e intermedios para la industria y el sector agropecuario y cuenta con 778 trabajadores directos calificados, más de mil oportunidades de trabajo a través de empresas prestadoras de servicios y veinticuatro plantas industriales dotadas con la mejor tecnología.

Desde sus dos complejos industriales, ubicados estratégicamente en las ciudades portuarias más importantes del país, como Barranquilla, Monómeros atiende la demanda de fertilizantes, fosfatos de calcio para la alimentación animal y productos químicos, en el mercado local e internacional a través de un proceso de producción y comercialización seguro, eficiente y amigable con el medio ambiente. Con un área de 52 hectáreas, muy próximo a la desembocadura del Río Grande de la Magdalena, en Barranquilla, Monómeros atiende los más exigentes mercados en más de cincuenta países.

Ahora, la empresa venezolana que fabrica fertilizantes en Colombia, se convirtió en punto álgido de la política en Venezuela con cuestionamientos que profundizan las fracturas entre adversarios del presidente socialista Nicolás Maduro, y renuevan tensiones entre Caracas y Bogotá. Bajo el mando, estos últimos dos años, de Juan Guaidó, Monómeros creció, despegó como empresa y dinamizó el empleo en esta ciudad costera.

Bajo las circunstancias actuales y cumpliendo su promesa, al tomar posesión el embajador de Colombia en Venezuela, el principal presente para la dictadura de Maduro, fue la empresa de fertilizantes, en donde se cumplieron todos los procesos y se nombró una junta directiva avalada por el gobierno venezolano.

El nuevo panorama demuestra que ahora el turno es para los pasos fronterizos entre Colombia y Venezuela, que sin duda genera toda clase de expectativas, no solo por las oportunidades de apertura económica, comercial, sino, también cómo se va a asumir la difícil situación de orden público en ese sitio, donde guerrilleros, alzados en armas y bandidos de toda naturaleza de ocultan y protegen bajo el mando presidencial venezolano.

Ojalá se le ponga fin a esta violencia arropada por el gobierno venezolano que genera día a día  crisis humanitaria que, quebrando derechos humanos, afecta a millones de personas, llegando incluso a afectar familiares entre sí, a lado y lado de la frontera.

La reapertura total de la frontera, cerrada a la circulación de vehículos desde 2015 y con circulación restringida para peatones durante largos periodos, fue anunciada de manera simultánea la semana pasada por Petro y Maduro, quienes indicaron que este paso incluirá la reactivación de vuelos y de transporte de carga. La gran incógnita es si habrá una reunión presidencial por este hecho, algo que Petro ha estado evadiendo, seguramente por que esto generara un daño colateral en las relaciones con Estados Unidos. Al respecto Petro afirmó que, todavía no ha tratado este tema, ‘ya veremos si hay un primer encuentro’, que de seguro será pronto porque también fue otra promesa de campaña presidencial.

La frontera común, de 2.219 kilómetros de longitud, fue cerrada en agosto de 2015 cuando el presidente Maduro expulsó de la zona limítrofe a más de 20.000 colombianos con el pretexto de una operación contra el crimen organizado y las relaciones diplomáticas entre los dos países se rompieron en febrero de 2019 pero con la llegada de Petro a la Presidencia comenzó una normalización que incluyó el nombramiento de embajadores en Bogotá y Caracas.