Pierden fuerza y apoyos

Editorial
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


La salida del Partido de la U de la bancada del Gobierno en el Congreso oficializada el pasado martes, da otro golpe al Ejecutivo del presidente Gustavo Petro, que tras perder el apoyo del Partido Conservador en Congreso, queda sin mayoría en Senado y a merced de los liberales en la Cámara de Representantes.

La decisión, que fue en bancada y dada a conocer por la presidenta del partido, Dilian Francisca Toro, fue declararse en independencia, “una independencia en la cual se pueda tomar decisiones sin sesgos políticos pero actuando con la misma responsabilidad, la misma decisión de estudiar todos los proyectos a profundidad para que sea lo mejor para los colombianos”; de seguro, las cosas no se dan como se plantean y alrededor de este decisión de bancada, primará los interés económicos y personales de cada uno de los congresistas.

Insisten los de la U, que el objetivo de esta decisión fue "tener independencia para poder asumir posiciones responsables frente a las cosas buenas que lleguen y que puedan impactar positivamente a los ciudadanos, y también votar negativo a las propuestas que nosotros creamos que van a impactar positivamente a la gente". Esto solo se lo creen en ellos, porque seguramente las decisiones vendrán alineadas con algún “cariñito” desde presidencia, para estimular los votos en las bancadas de partidos en la Cámara de Representantes.

La salida de La U, de la coalición del Gobierno, es un nuevo golpe para la bancada oficialista en el Congreso en una crisis que explotó con la discusión de la reforma a la salud, criticada por diversos sectores, y que va a hacer más difícil al ejecutivo la aprobación de sus ambiciosas reformas sociales.

En ese sentido, Petro está a punto de perder las mayorías en el Congreso tras las salidas de los conservadores hace un par de semanas y del Partido de la U, pues los liberales -que tiene mayoría en la Cámara Baja y es el segundo con más representación en la Alta después del Pacto Histórico- aún no han definido si continuarán en la coalición de Gobierno o se declararán independientes. Esa decisión la tomaron ayer en la tarde, cuando la edición editorial de este periódico ya estaba cerrada.

La salida de los conservadores precisamente detonó la reestructuración del gabinete ministerial el mes pasado por la falta de avances en el Congreso de la polémica reforma a la salud, que también ocasionó la salida de la jefa de esa cartera, Carolina Corcho. La reforma fue presentada el 13 de febrero y pretende con uno de los mejores sistemas en salud en el mundo, de acuerdo con los expresado por las asociaciones y agremiaciones de medicina, que siguen destacando el sistema de atención para los colombianos; si, hay que cambiar algunos aspectos, pero no destruir sobre lo construido, como quiere hacer el gobierno nacional ahora.

Esta propuesta de reforma a la salud ha causado todo tipo de traumatismo político, social y económico, un maremágnum que parece nunca acabar y que tiene al país en la deriva y la zozobra; ha causado una honda controversia porque, además, pondrá en riesgo la sostenibilidad de un sistema que, a pesar de sus fallas, funciona.

Justamente esto fue lo que provocó que salieran del Gobierno, entre otros los ministros de Transporte Guillermo Reyes, cuota de los conservadores, y de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Sandra Urrutia, que era del Partido de la U, entre otros. Con la salida de los conservadores y de la U, la bancada de Gobierno quedó conformada en este momento por la coalición oficialista Pacto Histórico; el partido Alianza Verde, y Comunes, el movimiento surgido de la desmovilización de las Farc.

También hacen parte aún otros partidos minoritarios como el Movimiento Alternativo Indígena y Social, Mais; el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia, Aico; además de la Alianza Social Independiente, Asi; el Partido Ecologista Colombiano, Pec o el Partido Demócrata Colombiano, Pdv, que no aportan una considerable suma de congresistas que pueda llegar a equilibrar, al menos, la balanza a favor del gobierno y que pueda conseguir los votos necesarios, en Cámara Baja, para que el articulado de la reforma siga sufriendo su trámite en el Congreso de la República.