En la encrucijada

Editorial
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La Alianza del Pacífico está paralizada en medio de roces diplomáticos por la negativa de México de entregar la presidencia pro tempore a Perú desde la destitución del expresidente Pedro Castillo, en diciembre pasado.

Los señalamientos entre los mandatarios de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Perú, Dina Boluarte, han crecido las últimas semanas, lo que ha afectado al bloque comercial que también integran Chile y Colombia, y que había evitado roces políticos como otros organismos latinoamericanos.

López Obrador iba a entregar la presidencia pro tempore a Castillo en una cumbre programada en noviembre pasado en México, a donde también estaban invitados los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro, y de Chile, Gabriel Boric. Sin embargo, el gobernante mexicano canceló la reunión multilateral el 22 de noviembre ante la negativa del Congreso de Perú de permitir la salida del entonces mandatario peruano.

El Gobierno de México pidió entonces realizar la cumbre de la Alianza del Pacífico en Lima en diciembre con los cuatro mandatarios; pero, esto se complicó cuando, el 7 de diciembre, Castillo, ahora encarcelado, impuso un estado de emergencia y disolvió al Congreso, en un intento de autogolpe de Estado, antes de que resolviera si procesarlo por cargos de corrupción. Ello derivó en diversas protestas, mientras que la entonces vicepresidenta, Diana Boluarte, se erigió como la nueva mandataria del país andino.

El mandatario mexicano, quien siempre respaldó a Castillo, calificó de espurio al Gobierno de Boluarte y desde un inicio decidió no traspasar el liderazgo de la Alianza del Pacífico, como corresponde por rotación del cargo. La última negativa de López Obrador ocurrió el lunes pasado, cuando el presidente la tachó de usurpadora, después de que ella lo acusara en una entrevista de querer ser dictador.

La situación diplomática es tan tensa que el gobernante mexicano ha expresado que le puede  entregar la presidencia a Chile, o a  Colombia y que ellos vean qué hacen, pero esta señora, con todo respeto, es la usurpadora que expulsó al embajador de Perú. Por estos hechos, la oposición mexicana ha denunciado que la actuación del presidente López Obrador está marcada por su ideología en temas internacionales.

Aún con estos precedentes, Perú ratificó, el pasado 22 de febrero, el Tratado de Libre Comercio entre la Alianza del Pacífico. Boluarte ha manifestado que su homólogo mexicano mantiene una postura reacia, generando paralización de la mayoría de las acciones del bloque comercial.

Perú reclamó la semana pasada la presidencia "pro tempore" de la Alianza del Pacífico mediante una comunicación a las cancillerías de México, Colombia y Chile, en la que planteó una consulta al respecto y también advirtió al Gobierno mexicano de que no formalizar el traspaso acarrearía responsabilidad internacional.

Ante el conflicto entre México y Perú, el Gobierno chileno ha expresado el apoyo para un acuerdo sobre la alianza. El conflicto por la cesión del liderazgo de la Alianza se mantiene entre las dos naciones latinoamericanas, mientras los trabajos no pueden reanudarse y la preocupación por los demás miembros crece, como ha externado el canciller chileno, Alberto van Klaveren. Pero, la Cancillería de Perú, hasta el momento, solo ha habido respuesta formal de Chile positiva y de apertura al proceso de diálogo, mientras de Colombia y México no han obtenido respuesta formal.

Boluarte también mantiene un conflicto diplomático con Colombia tras ordenar el pasado 30 de marzo la retirada de su embajador en Bogotá por las declaraciones injerencistas y ofensivas de Petro, quien aseguró que en el país no ocurrirá un golpe de Estado como en Perú.

El bloque comercial presume de ser la octava potencia económica y la octava potencia exportadora a nivel mundial, al representar el 41 % del producto interior bruto, PIB, de Latinoamérica y atraer el 38 % de la inversión extranjera directa; además, concentra el 60 % del comercio interno de Latinoamérica.