El máximo gigante del alma

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Escrito por:

Benjamín Herrera Palomino

Benjamín Herrera Palomino

Columna: El Obelisco

e-mail: benherrerapalomino@gmail.com


Por: Oscar Alejandro Perez Palomino


El padre Juan Jaime Escobar nos señala en su homilía sobre el misterio de Jesús “que en griego hay varias palabras para hablar de amor, no como en español que solo tenemos una que es la palabra amor y el verbo amar… en griego hay 4 tipos de amores diferentes: El primer tipo de amor es el amor storge, el amor storge es el amor familiar, es decir, es lo que uno siente por un hermano, una hermana, un padre, una madre, una abuela, un tío, una tía, un primo… que si ustedes se fijan es un amor que nos queremos es porque somos familia... y esa es la razón para querernos…nos queremos porque somos familia.

Segundo está el amor eros…el amor eros es el amor deseo, el amor pasión, el amor que quiere, que anhela, que quiere agarrarte, tocarte, llevarte, acogerte, hacerte mío, hacerte mía...es un amor muy intenso, muy pasional, por eso creemos que ese es el amor... y a eso es a lo que solemos llamar amor.

La tercera es el amor philia, que es el amor de amistad, de compañeros, el amor en que no deseo poseerte, ni deseo que seas mío, mía, sino que simplemente yo te acompaño, nos acompañamos, nos escuchamos, nos aconsejamos, hacemos un sendero juntos, vamos dirigiéndonos en una misma dirección.

Y cuarto, San Pablo utiliza aquí todo el tiempo agapé…es el amor de Dios…el amor sufrido, entregado, abnegado, el amor que da la vida, el amor que se olvida de sí mismo, y lo da todo por los demás(...) porque solo este amor disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites…y no pasa nunca… Jesús es paciente, Jesús es afable, Jesús no tiene envidia, Jesús no es presumido ni engreído, Jesús no es mal educado ni egoísta, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra de las injusticias”.

De lo anterior podemos concluir que el amor de una madre es el más parecido al amor agapé…al amor de Dios…porque es un amor que da mucho de sí, sin esperar nada a cambio, es incondicional…por el contario en el amor eros y en el philia siempre hay una reciprocidad…siempre se espera algo del otro…sus besos, su cuerpo, su acogida, o la forma distorsionada del amor eros, nada extraña a nuestras costumbres, convertida en “complicados intercambios de placer y dominio interpersonal, en nada exentos de motivaciones económicas, donde se consolidan conveniencias sociales y se fortalecen transacciones económicas (…) lejos de una visión romántica e idealizada, el amor cabe entenderse como una experiencia que se encuentra a medio camino entre la sexualidad y el poder… donde se cambia el sexo por seguridad económica”, según lo establece el psiquiatra Luis Carlos Restrepo.

Por eso representa un colosal desafío para la especie humana poder incorporar aspectos de la dimensión de la misericordia del amor agapé a las tres restantes formas de amor reseñadas, que nos permita olvidarnos un poco de sí mismos para hacernos servicio y don para los demás, con el propósito de enriquecer nuestra vivencia amorosa. Pues, tal como lo señala el psiquiatra colombiano “muchos de nuestros sufrimientos provienen del tributo que rendimos a creencias poco propicias a la posibilidad de acceder de manera gratificante a la dimensión amorosa (…) tales como el imaginario de los amantes donde es perentorio amar al cónyuge con la misma intensidad con que se amaron Romeo y Julieta, o que cuando las relaciones se deciden por conveniencias el amor llega al fin por acostumbramiento”.