Escrito por:
Cesar Arismendy Morales
Columna: Reflexiones
e-mail: cesaridys@hotmail.com
Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.
La Artemia es un crustáceo de rápido desarrollo que tiene un centímetro de largo y un promedio de vida de un año, el cual se reproduce por montones en las aguas salinas presentando altas capacidades nutricionales como alimento vivo o disecado para alevinos, camarones y peces.
Por su alto precio en el mercado, desde la década de los años ochenta se ha intensificado en su investigación y desarrollo productivo. En los lagos salados de Estados Unidos se ha desarrollado la cadena de la artemia, convirtiéndolo en el líder de la producción mundial. Desde allí proviene toda la artemia que consume nuestra naciente industria de reproducción de peces y camarones en cautiverio.
Debido a que en Colombia se presenta una activa y creciente demanda de artemia, Seniacua y Acuanal han venido adelantando diferentes investigaciones, ensayos y pruebas pilotos, confirmando la posibilidad de producir este molusco para el consumo nacional y obtener excedentes exportables. Ello favorecería el desarrollo de la cadena de la acuicultura a partir del establecimiento de la producción local de artemia de calidad y a menores costos. En varias de sus investigaciones han reconocido que las Salinas de Manaure presentan condiciones óptimas para su implementación.
En el departamento de La Guajira las autoridades políticas y administrativas son conocedores de esa potencialidad. Su producción se ha establecido en los actuales y anteriores planes de desarrollo del departamento y del municipio de Manaure. También, fue incluida en el Plan Regional de Competitividad de La Guajira, como una de las apuestas para la diversificación productiva y exportadora. La Gobernación de La Guajira y la Alcaldía Municipal de Manaure están dispuestas a participar en una experiencia piloto a través de la conformación de una bolsa de inversión o proyecto de Ciencia Tecnología e Innovación, que permita su producción. Igualmente, la instalación de una planta de procesamiento y empaque.
Todo parece favorable, pero la iniciativa tiene serias restricciones para desarrollarse en la realidad local de Manaure. Los conflictos legales en torno de la estructuración de la empresa SAMA, su representación, la selección de un nuevo operador de las salinas, los conflictos limítrofes que se tienen con los dueños de predios, los charqueros y transportadores, han impedido que el proyecto se pueda concretar. Una nueva frustración.
La imposibilidad de llevar a cabo un proyecto como este, nos está reflejando la profundización de la crisis en las salinas. Después de 21 años de negociaciones entre el gobierno y los representantes de los intereses locales, no se ve la luz al final del túnel. Además de sus aguas, la ventaja que presenta Manaure es la existencia de una infraestructura productiva para la sal marina consistente en carreteables, charcas, planta de lavado, trituradoras, básculas, captación y conducción de aguas, muelle de embarque, edificios administrativos, talleres y otras más, que evitarían incurrir y gastar en nuevas inversiones.