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Vie, May

El agotamiento del modelo suministro de combustible

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cesar Arismendy Morales

Cesar Arismendy Morales

Columna: Reflexiones

e-mail: cesaridys@hotmail.com

Economista de la Universidad de los Andes y Licenciado en Ciencia Sociales de la Universidad Distrital de Bogotá. Cursó estudios de Planificación del Desarrollo Rural y Urbano en la Universidad de los Andes y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya Holanda. Igualmente estudios de maestría en Desarrollo Regional en la Universidad de los Andes y cursos de Ciencias Políticas en la Universidad de Minnesota - Estados Unidos.



El modelo de proveeduría y comercialización de combustibles que fue ordenado por los presidentes de la República Bolivariana de Venezuela y Colombia, como una medida anti contrabando en la frontera colombo venezolana, y que se puso en marcha en La Guajira como un proyecto piloto de importación de combustible incorporando a las comunidades organizadas wayuu a partir del 20 de diciembre de 2005, se encuentra en un franco deterioro.

En La Guajira la estructura de la cadena de suministro de combustible que proviene de Venezuela ha dejado de ser confiable en su legalidad y en la sostenibilidad financiera, generando un proceso especulativo que ha traído como una de sus consecuencias el incremento en los precios al consumidor final, impactando las 134 estaciones, a la cadena de transporte de la cual hacen parte los tenedores y propietarios vehículos (31.000) y motocicletas (14.000), con su repercusiones inmediatas en el Índice de Precios al Consumidor, que crece sin control.

Según el último Boletín Económico Regional (Caribe) editado por el Banco de República, en el segundo trimestre del 2013 Riohacha mostró el mayor crecimiento de los precios de la canasta familiar de la región y también a nivel nacional, (2,7%), esto como consecuencia del aumento en el transporte, afectando la competitividad del Departamento y de su capital, que la sitúa como la ciudad económicamente más cara de las 24 que son objeto de la medición por parte del DANE.

Cuando empezó a funcionar el esquema piloto de abastecimiento de combustible en la frontera, desde el Ministerio de Minas y Energía de Colombia se manifestó que dicha estructura traería grandes beneficios tanto económicos como sociales a los habitantes de La Guajira. Los beneficios establecidos fueron en torno de la formalización de la actividad de distribución de combustibles en la zona fronteriza con Venezuela, la reducción en el precio de la gasolina para el consumidor final, participación activa de la comunidad indígena en el proceso de importación del combustible proveniente de Venezuela, implementación de un proceso de reconversión socio laboral a la comunidad que históricamente se ha dedicado a la actividad de introducción de combustible y el uso de las utilidades operativas en la creación de un fondo para inversión social a favor de los habitantes de la región, en ambos lados de la frontera.

Esos eran los propósitos iníciales y como lo afirma el antropólogo Weildler Guerra Curvelo, la experiencia ha terminado demostrando que los consumidores del Departamento de La Guajira hoy se consideran rehenes de intereses económicos de dudosa transparencia. En la nueva negociación establecida entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, el modelo piloto ha dejado de serlo, ya que existen nuevas variables y restricciones a tener en cuenta, especialmente, la sustentación de los precios de despacho desde los CETAF (antiguas SAFEC: Guarero, Carretal, Guajira y Gaseica), hasta la planta en Colombia ubicada en Maicao-Guajira (Ayatawacoop), en donde deben llegar 2.040.000 galones de combustible mensuales, distribuidos de manera discrecional con base en 30% para gasolina y 70% de ACPM. La desigual proporción de gasolina es una de las múltiples causas e impacta negativamente a los ciudadanos que se ganan la vida en el sector transporte, que son más de 25.800 en La Guajira.

Este modelo de proveeduría se encuentra totalmente debilitado y moribundo. Paulatinamente se viene registrando la disminución del ingreso del producto, es decir, que a la planta mayoritaria (ayatawacoop) no llega la cantidad pactada. Es por ello que se reclama el derecho a la igualdad, para que Ecopetrol pueda suplir el faltante en el suministro de gasolina a precio diferencial y de manera contingente, al comprobarse la disminución insostenible de los inventarios de la venezolana en las estaciones de combustibles, acciones de control que pueden ser lideradas por las alcaldías municipales.



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